Jesús se refiere a sí mismo como el Buen Pastor, les habla a sus discípulos de su tiempo “y a nosotros hoy día, de esta figura del pastor que era conocida en el pueblo de Israel porque era un pueblo de pastores, y a ellos Dios se les había presentado también como el Pastor de cada uno de los hijos de Israel y de todos los pueblos”, señaló monseñor Jorge Concha Cayuqueo y resaltó algunos aspectos del Evangelio de San Juan (10, 11-18)
“Yo soy el Buen Pastor”
“Cuando Jesús usa, utiliza y se atribuye para sí esta figura del Buen Pastor también está diciendo que Él es Dios, eso ya es fuerte para sus oyentes, para sus discípulos, pero así era. El Buen pastor dice el texto, da su vida por sus ovejas, y la da para que tengan vida en abundancia, y la vida en abundancia está relacionada con la Vida Eterna, pero también para que la vida que llevamos, para que nuestra existencia tenga profundidad, tenga sentido y que sea una vida justa, y en ese sentido, también tengamos vida en abundancia, para que por justicia a nadie le falte”, explicó el obispo.
Continuó su reflexión y agregó que el Señor da la vida literalmente “porque Él muere por nosotros, Él da la vida, no se la quitan, decía el verso que escuchamos, para que nosotros tengamos vida. Este es un aspecto que tenemos que acoger con mucha comprensión y es parte del conocimiento que necesitamos tener para que tengamos una vida con sentido, con un horizonte, para que tengamos esperanza y fe”.
“Conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí”
Otro aspecto importante es que el Cristo nos conoce verdaderamente y dice: "´Yo conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí´. ¿A qué se refiere Jesús con este conocimiento? San Juan mismo dice, en lo que él escribe, que el conocimiento del que habla, es el conocimiento del amor. Él nos conoce, nos ama, y es un conocimiento profundo que tiene el Señor de cada uno de nosotros, y también dice que es un conocimiento recíproco, que nosotros lo conocemos a Él también cuando lo amamos”.
Entonces “la figura del pastor y su rebaño es grande, es claro, es una figura, pero de algo más perfecto, porque las ovejas conocen al Pastor. El Pastor va adelante y las ovejas conocen sus gestos, los sonidos que él hace. El Señor conoce a sus hijos, a sus hermanos, a sus ovejas, y ese conocimiento es del amor”.
La meta del Señor es la unidad
En el Evangelio se destaca además que Jesús viene para su pueblo, “pero también para otras ovejas ´que no son de este corral´, y el Pastor se entiende con todas sus ovejas, pero la meta de todos los rebaños es la unidad, Él quiere que sea un solo rebaño, y esto que nosotros vemos en el Señor Jesús, son también en primer lugar para conocerlo más, para profundizar nuestra fe, nuestro amor a Él, pero también deben ser actitudes que debemos cultivar en nuestra vida”.
“Todos somos llamados a ser buenos pastores, dispuestos también a dar la vida por las ovejas, y esto es una responsabilidad grande para todos los ministros, y en cierto modo también cada bautizado tiene que cultivar esta disposición frente a los demás; dar la vida por los demás. Hay tantas formas de dar la vida, no solamente muriendo, sino tantas formas de servicio, de disponibilidad, de acogida, pero sí esta actitud debe ser más fuerte en quienes tienen una mayor responsabilidad en el Pueblo de Dios”, aseguró el obispo de Osorno.
La Oración permanente por las vocaciones
“El Señor da la vida, y es la tarea que les dejó a todos los apóstoles principalmente, pero también a nosotros, a todos, y se necesitan continuadores. Hoy día la Iglesia, especialmente hace oración para que no falten pastores en nuestros templos, en nuestra Iglesia. Es el día en que le pedimos al Señor que suscite vocaciones, estamos escasos de vocaciones, pero no tenemos que dejar de pedir porque es un don de Dios. El Señor en algún momento querrá que haya personas, hombres y mujeres, que escuchen su voz, para seguirlo más radicalmente y estar a su servicio”.
Nuestra sociedad también necesita de buenos pastores
El obispo Jorge resaltó también que, al escuchar este texto bíblico y la figura del Buen Pastor, otro aspecto importante “es que la sociedad necesita buenos pastores, que den la vida también por todos. Es la oportunidad para que en nuestro país haya buenos servidores de los demás y hace tanta falta la oración”.
“Que todos los que tienen responsabilidad en la sociedad se esfuercen por hacerlo de la mejor manera posible, que realmente sean servidores, sean buenos pastores, los políticos y todos los servidores públicos, para servir a los demás y no para servirse de los demás, y para cortar el buen pasto que conduce a la vida plena, a la vida en abundancia que ciertamente siempre será el camino de la paz, del entendimiento, del diálogo, de la amistad cívica como dice el Papa”.
Agregó que “a los buenos pastores podemos distinguirlos, si son capaces de dialogar, queridos hermanos y hermanas, de entenderse, de buscar las formas, y no tratarse como enemigos, como muchas veces nosotros podemos ver. También la figura del Buen Pastor, anima entonces a que mejoremos nuestra convivencia a través del servicio positivo, bueno, que busca el bien común de todos, y en todos nuestros dirigentes también”.
Todos estos aspectos importantes “son los que nosotros debemos cultivar y a los que necesitamos abrirnos para alimentar nuestra fe. El Señor ha dado la vida por cada uno y quiere que tengamos vida en abundancia, algo que comienza aquí, pero que concluye en la Vida Eterna, y ese es nuestro Pastor, a quien seguimos”.
“Que el Señor nos ayude a ser buenos y mejores pastores. Oremos para que en nuestra iglesia no falten los buenos pastores, y que nos de la gracia de ser verdaderos servidores”, finalizó monseñor Jorge.
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