En este tiempo de pandemia, tiempo de amenaza constante contra la salud, de tantas limitaciones de movimientos que tenemos, y de reunión, mis primeras palabras sean para saludarlas y saludarlos, y para animarlas y animarlos a ser fuertes ante una tremenda variedad de adversidades en este tiempo, más aún cuando tales adversidades han significado problemas en la salud, penurias económicas, soledad, y hasta la pérdida de seres queridos; a todas y a todos, mi oración, mi cercanía, y al mismo tiempo los invito a ser constantes en la oración y en la solidaridad.
Les saludo animado por la fe y la esperanza en nuestro Señor Jesús, que ha vencido la muerte, y nos invita también, junto con Él a ser vencedores. Fe y Esperanza que Él mismo nos infunde en nuestros corazones con su palabra y con la acción de sus Espíritu. Y es lo que quiero transmitirles con estas pocas y sencillas palabras: Fe y Esperanza, especialmente en estos tiempos difíciles. Y lo hago sabiendo que estas palabras encuentran pleno eco en ustedes cuya misión es justamente la de transmitir la fe y la esperanza del Señor Jesús, así ha sido desde los comienzos de nuestra fe en Cristo el Señor, desde los tiempos apostólicos.
Los invito a no decaer ante las adversidades que ponen a prueba justamente nuestras convicciones más profundas; los invito a mantener en alto el llamado, porque ser catequista en una vocación, no es un simple hacer cosas, hacer actividades: es una vocación a ser cristianos y cristianas, a seguir a Jesús, y a anunciar su Evangelio, a transmitir a otros este conocimiento salvador, con el testimonio y con la palabra. Esa fe se vive en comunidad, no hay vida de fe en Cristo Jesús sin comunidad y tercero, es la expresión de nuestra fe en Dios que nos pide amor a Él por sobre todas las cosas, y a los hermanos como a uno mismo. De aquí la importancia de la solidaridad a la que estamos llamados. Unidad en Jesucristo, comunidad y solidaridad son centrales en la vida de un catequista.
En nuestra Diócesis hemos vivido un tiempo muy difícil por las complicaciones que nos ocasiona esta pandemia, pero ya hemos comenzado a dar algunos pasos para salir antes estas circunstancias que nos aquejan. Les cuento: tenemos un nuevo directorio para la catequesis para toda la Iglesia y el 10 de este mes salió publicada una nueva disposición en un Motu Proprio, un documento de la Santa Sede que establece que la misión del catequista es un ministerio laical en la Iglesia. Son disposiciones que como Diócesis tenemos que hacerlas nuestras. Por esto y para indicar con claridad cómo vamos a enfrentar estos desafíos les anuncio que en los próximos días les va a llegar una invitación para una reunión general de la catequesis, en que también espero presentar al nuevo Delegado para la Catequesis, el padre Claudio Fábrega, párroco de San Pablo
Un saludo de corazón en este día a todos ustedes, nuestro queridos y queridas catequistas de nuestra Diócesis de Osorno; que Dios les bendiga a cada uno y a cada una, y a sus familias y a la comunidad a la que pertenecen. Y que María, nuestra Madre interceda por ustedes. Paz y bien para todos!.
+Jorge Concha Cayuqueo, ofm
Obispo de Osorno
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