En las plataformas digitales y algunas radioemisoras, fue transmitida la Santa Misa en que los fieles de los cuatro decanatos de nuestra diócesis: Centro, Rahue, Costa y Cordillera vivieron la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor con fe, con devoción, y de acuerdo con la realidad de cada comuna en el Plan paso a Paso.

Desde el templo Catedral San Mateo Apóstol, fue transmitida la Eucaristía que presidió el Vicario General, padre Cristian Cárdenas Aguilar, quien destacó que   “Esta hermosa Palabra del Señor que hemos escuchado en esta maravillosa fiesta del Corpus Christi (Ex24, 3-8; Sal 115, 12-13. 15-18; Heb. 9, 11-15; Mc 14, 12-16. 22-28) nos invita a profundizar en este gran misterio que vivimos en cada misa, y nuestra liturgia de este día ensalza esta celebración”.

Es una invitación a reconocer, “y de una manera preciosa la presencia de Cristo sobre el Altar, convocándonos, haciéndonos uno, e instándonos a elevar nuestras vidas hacia Él con alabanzas y plegarias, colocando nuestra confianza en el Señor”, añadió.

La lectura de la Carta a los hebreos nos habla de cómo el Hijo de Dios “se convierte en víctima, en Altar y en aquél que ofrece esta ofrenda. Nos habla de que Jesús es el Sumo Sacerdote, quien nos lleva y nos invita a este caminar”.

“En este día, junto con centrar y poner nuestra mirada en la Eucaristía, poder también descubrir en nuestra reflexión de que el Padre siempre nos está buscando. Muchas veces hemos fallado, y nos hemos apartado del camino, pero Dios insiste en encontrarnos, en buscarnos y cada vez hace una alianza como lo dice la lectura del libro del Éxodo”, aseguró el sacerdote diocesano.

Explicó también que “cuando nosotros nos acercamos a la Eucaristía respondemos al Señor que tenemos la disposición de poner en práctica todo lo que nos ha dicho, porque bien sabemos que cuando recibimos el Cuerpo de Cristo, no es sólo un trozo de pan, sino que es el mismo Señor, y cuando lo recibimos, nos hacemos uno con Él”.

“Al hacernos uno con Él, queremos llevar adelante esta propuesta de vida como Jesús quiere; amando a Dios por sobre todas las cosas y al próximo como a nosotros mismos, y en esta propuesta que Cristo nos hace, es poder descubrir cómo este amor de Dios que está en nosotros lo podemos llevar a los demás, cómo esta ofrenda sobre el Altar, que también somos nosotros, hacemos una ofrenda para los otros”, agregó el padre.

Jesús se dona por nosotros, “y nosotros con Él nos donamos para Él y la humanidad, y esto cada vez nos insiste que cuando celebramos la Eucaristía nuestra vida debe ser distinta, extraordinaria por esa presencia de Dios, y llevamos a los demás esta presencia de Cristo”, aseguró.