En la celebración del Banquete Eucarístico, que presidió el padre Jorge Gómez, religioso de la Preciosa Sangre, se hizo memoria de todas las personas fallecidas del lugar, especialmente por quienes dieron su vida en el mar.

Debido a la pandemia, y la falta de protocolos que había, “el año pasado no se pudo realizar la fiesta, y ahora tampoco se llevó a cabo el recorrido por el río, la ofrenda floral que se hace cada año en honor a los vecinos que ya partieron a la casa del Padre, pero nos pudimos reunir y celebrar la Santa Misa, eso fue muy valorado por la comunidad”, dijo el párroco del templo dedicado a San Sebastián.

Durante la celebración, concelebrada por el padre Wilfredo García, también perteneciente a la Congregación de la Preciosa Sangre; estuvieron presentes un pequeño grupo de vecinos, además de los dos consagrados, “es un lugar donde hay muy poquita gente, ya que las familias han emigrado por trabajo a las ciudades”, señaló el padre Jorge.

En la oportunidad el religioso, Vicario Pastoral de la Diócesis de Osorno, dio gracias a Dios “porque pudimos celebrar la eucaristía en el día de San Pedro, y por habernos encontrado en torno a la Santa Misa, para pedir también por la unidad en la comunidad y desde la comunidad, con nuestra Iglesia, porque la persona de Pedro es el primero de los papas, y la figura del Papa es signo de unidad”.

También profundizó respecto del martirio en relación con el testimonio de fe de Pedro y Pablo, y señaló que esa experiencia de Dios de ambos apóstoles “nos hace conscientes también a nosotros de nuestro propio testimonio de fe”.

Finalmente, la oración comunitaria se elevó a Dios Padre para que el próximo año “podamos celebrar la Fiesta de San Pedro y San Pablo de manera más masiva”, añadió el padre Jorge.