En la oportunidad, después de la homilía de monseñor Jorge Concha Cayuqueo, Obispo de la Diócesis de Osorno, las confirmandas iniciaron la Liturgia del Sacramento con la renovación de las promesas Bautismales, en que manifestaron su voluntad de seguir a Jesucristo. La Asamblea presente se puso de pie, y también vivió el momento.

Luego, el Pastor de la Iglesia Osornina, acompañado por el presbítero Juan Francisco Jofré Baeza, párroco de la parroquia San José, impuso sus manos sobre las jóvenes y pidió al Padre que envíe su Espíritu Santo sobre ellas y las fortalezca con sus dones. Inmediatamente después, una a una cada confirmanda recibió en su frente el signo de la Cruz con el Santo Crisma.

Al finalizar este momento culmen del Sacramento el obispo Jorge presentó a las nuevas confirmadas a la Asamblea presente, la cual aplaudió con alegría el gran paso que dieron este domingo 29 de agosto, en la confirmación de su compromiso con el Señor de la Vida y su Reino.

En tanto que el Pastor de la Iglesia osornina, en su homilía dijo que “Tenemos que pedir el Espíritu Santo y sus dones, que en la Confirmación nosotros lo recibimos de un modo bien especial porque nos conectamos con lo que pasó en Pentecostés, cuando Jesús cumplió su promesa de enviar el Espíritu Santo a sus discípulos, y entonces recibieron sus dones: de sabiduría, de piedad de fortaleza, de inteligencia, de entendimiento, de consejo, de temor de Dios”.

“Es Él quien hace la obra en nosotros, pero nosotros tenemos que pedirlo en nuestra vida de oración, que es muy importante tener un espacio diario para el encuentro personal con el Señor. Un confirmado debe tener momentos de oración en el día, no necesariamente en el templo, pero necesitamos hacer ese espacio. Eso hace mucho bien y nos podemos liberar de tantas cosas indeseadas porque el Espíritu Santo viene a habitar en nosotros”, aseguró.

Y se dirigió especialmente a las confirmandas, “Que el Espíritu Santo les fortalezca y les de los dones que más necesitan, y que puedan ser también comprometidas con la Iglesia, con su comunidad parroquial, porque ser confirmado es disponerse a asumir una responsabilidad con cristo, es ponerse la camiseta de Jesús y su comunidad, porque también es fundamental tener claro que no hay fe sin comunidad. Entonces, en comunidad, con hermanas y con hermanos”.

Desde allí, continuó monseñor Jorge, “siempre está el desafío y la posibilidad de la solidaridad, que es una característica de los creyentes católicos y porque en la solidaridad nosotros incluimos también todo el amor a Dios y al Prójimo”.