Después de la bendición de los animales, que se realizó en el frontis del templo, el obispo Jorge Concha Cayuqueo presidió la eucaristía en que concelebraron los frailes Eugenio Prado y Alejandro Úbeda. En su homilía el pastor de la Iglesia osornina destacó que San Francisco vivió su vida como quiso vivirla, apegado a su creencia, a su fe en Jesucristo.

Señaló que al igual que todos los santos, siempre es refrescante y hace bien recordarlos, porque es oportuno, y es un aliciente, “es motivo de esperanza porque encontramos en ellos un estímulo para que nuestra vida siga, o de los pasos, que nosotros mismos anhelamos, pero no nos atrevemos a dar”.

Enfatizó que “recordar a San Francisco adquiere una profundidad y una sencillez muy grande porque él tuvo esos dones para vivir lo que él creía, y es un aliciente para nosotros, vivir lo que creemos, y eso tiene tanta importancia en todos los tiempos y especialmente hoy, en que la apariencia tiene tantos colores distintos y en ella se esconden y se vienen a bajo tantas virtudes”.

Aseguró el Pastor de la Diócesis de Osorno que la vida sencilla es premiada por Dios, por la gracia, “porque en ese camino, en esa forma de ser, el Señor se manifiesta y hace profundizar también una vida cristiana, una vida de fe y la vida humana en general”.

También resaltó la fuerza espiritual, el valor que tenía Francisco para despojarse frente a Dios y a los demás, a los hermanos, “y porqué podía hacer esto, porque amaba a Dios y al prójimo, y ese amor era la fuente de todos sus dones”.

Por eso, señaló el obispo que recordar al Santo de Asís, celebrar su fiesta, “congregarnos porque Cristo nos llama, pero teniendo también la figura de este santo junto a la del Señor, en el centro, es un aliciente y motivo de esperanza porque nos dice que sí es posible la vida cristiana hoy día, y hoy estamos viviendo en un mundo tan complicado”.

Sin embargo, dijo, “nosotros debemos hacer un esfuerzo, porque a pesar de todo, este tiempo es nuestro también, y Dios lo ama, no es un tiempo perdido, y es en este tiempo en que debemos ser sal, luz e hijos y hermanos de esperanza”.

“Francisco acogió, amó y sirvió al Señor, y esa es nuestra esperanza también porque es el camino verdadero. Demos gracias a Dios por este regalo que es San Francisco de Asís”, agregó el obispo Jorge, y puntualizó: “Nosotros tenemos una responsabilidad de ser cristianos hoy, con todas las dificultades, sin desanimarnos, servir, ser personas de esperanza, siempre practicar el amor de Dios, y pedir la acción de su gracia, porque eso trasciende nuestras capacidades”.