Después de la homilía del Administrador Apostólico, la asamblea presente en la Catedral, en absoluto silencio y en actitud de recogimiento y oración, recordó el momento en que el Señor lavó y besó los pies de los apóstoles, cuando el Obispo Jorge Concha Cayuqueo, revivió dicho acontecimiento haciendo lo mismo con 12 personas; hombres y mujeres, jóvenes, niños y adultos.

Esta acción, que nos recuerda también que “Jesús, el Hijo de Dios, nos enseña que si Él fue servidor nosotros también debemos ser servidores. Toda la vida del señor fue un servicio de entrega, y en la línea de la voluntad de su Padre”, dijo el Pastor de Osorno.

Al finalizar la misa, el Obispo junto al párroco de la parroquia San Mateo Apóstol, padre Cristian Cárdenas Aguilar y el padre Bernardo Werth, bajaron del presbiterio para llevar en procesión a Cristo Sacramentado hasta el Altar de la Capilla Lateral del Templo. La asamblea, en absoluto silencio, y al paso del Señor, se reverenció y se unió para vivir el momento de adoración.

En tanto, durante la homilía, el Administrador Apostólico dijo que, con esta liturgia de Jueves Santo, “comenzamos a vivir este Triduo Pascual, en que recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, hecho que es la prenda ante el Padre por nuestra Salvación lograda por su Hijo. Es Él quien ha pagado por nosotros el precio de la redención”, señaló.

En estos tres días, agregó, “contemplaremos, y ojalá que así lo podamos vivir también, una y otra vez, el amor de Dios por el género humano, porque todo lo que ha hecho ha sido por amor. Lo que lo ha movido es el amor. Este gran amor del Padre por cada uno de nosotros nos pide que lo retribuyamos con amor también, manifestado a los hermanos”.

“Hoy recordamos la Institución de la Eucaristía, que para los cristianos es el memorial del sacrificio del Hijo de Dios por nosotros. También evocamos la Institución del Sacerdocio, y es el día del Amor Fraterno. La Última Cena del Señor, la celebra en el ámbito de la Pascua Judía que realiza su pueblo, el pueblo de Israel, que hacen memoria de la liberación de la esclavitud en Egipto”, dijo el Obispo en su homilía.

También, aseguró el Administrador Apostólico de Osorno que el “Señor sigue extendiendo su Reino, y cuenta con nuestra participación porque nosotros no estamos solos, Él nos acompaña y nos regala lo necesario para que podamos, al igual que Jesús, cumplir nuestra misión, que es anunciar su Reino, su mensaje por todo el mundo”.

“Cristo se ha unido a nosotros, desde la Encarnación, y se hace historia cuando nace de María. También se une de modo muy especial, en la Comunión con su Cuerpo y con su Sangre. Entonces la Eucaristía, la Misa, es un Sacramento de Unidad”, enfatizó.

Por eso, agregó que necesitamos erradicar de nosotros “las envidias, las rivalidades, las tantas formas de abuso, la injusticia, porque todo eso nos separa, nos divide, impide la unidad y la fraternidad que son signos del Reino de Dios entre nosotros”.