Después de la novena de la fiesta, un pequeño grupo de fieles y devotos asistieron a la Gruta de la Madre del Señor, a las 7.00 horas, desde donde se inició la celebración del día de la fiesta patronal con oración y cantos de alabanza a la Virgen María.   

A las 9.00 horas el festejo continuó con la Santa Misa que presidió el párroco del templo dedicado a Nuestra Señora de Lourdes, padre Juan Delau SVD, y a las 12.00 horas la celebración Eucarística, fue presidida por el padre Juan Pablo Wewo SVD, en tanto que durante todo el día y la tarde, los devotos visitaron en distintos horarios la imagen de la Patrona de dicha comunidad en la Gruta a un costado del templo parroquial, donde dieron gracias por su intercesión y pidieron sus favores ante el Hijo de Dios.

En tanto que, durante la Misa Solemne de este día, en que además la Iglesia Universal eleva su oración por la jornada mundial de los enfermos, el obispo de la Diócesis de Osorno, Jorge Concha Cayuqueo, en su mensaje destacó que cada vez “que celebramos la Eucaristía, estamos recordando, haciendo memoria de lo que Cristo hizo cuando vino al mundo y que culminó con la resurrección”.

Resaltó además que hoy recordamos a la madre del Señor, “que también es madre nuestra porque Jesús lo ha querido: ´he ahí a tu madre´, le dice a Juan, quien nos representa a todos, y así lo entendieron los discípulos desde el comienzo, y hoy también nosotros, y le damos gracias, y celebramos este don precioso que es la Madre de Jesús para toda la Iglesia, para todos los discípulos, hoy bajo el nombre de Nuestra Señora de Lourdes”, agregó el Pastor de la Iglesia osornina.

María, continuó el obispo Jorge, “es madre buena que es modelo, es ejemplo, pero no deja nunca de ser una servidora con todas las personas que la rodean, por eso es que Ella escucha también las plegarias, las oraciones de sus hijos y de sus hijas, especialmente cuando están agobiados, fatigados, enfermos, cuando necesitan una ayuda, y en atención a su obediencia ejemplar, el Señor le concede lo que Ella le pide por nosotros”.

En ella tenemos que reconocer que fue mujer que tuvo dificultades, que tuvo problemas y que su dolor más grande sin dudas fue estar a los pies de la Cruz, viendo a su Hijo morir y de esa forma, pero que nunca dejó de tener la alegría de hacer la voluntad del Padre: el Señor hizo en mí grandes cosas, santo es mi Dios”.

Explicó también que alguien que hace la voluntad de Dios y reconoce su grandeza “es porque tiene fe y es porque tiene esperanza, es porque deja actuar el Espíritu Santo en su vida. En eso, María también es un ejemplo para nosotros, para nuestra oración confiada en el Señor, para pedirle fe y esperanza en el camino de nuestras vidas”.