La reunión comenzó con la celebración del Banquete Eucarístico, en la capilla lateral de la Catedral San Mateo Apóstol, la cual presidió el padre Oscar Escobar, Asesor del grupo de secretarias, quienes al finalizar este primer momento se trasladaron a las dependencias del obispado para continuar con el encuentro donde se ultimaron algunos acuerdos para el año, y se festejó el 58 cumpleaños del sacerdote diocesano, párroco de la parroquia San Bernardino, en Quilacahuín.

Al iniciarse la Santa Misa, el presbítero invitó a la asamblea a depositar en las manos de Dios “nuestros encuentros, que hoy iniciamos con la celebración eucarística para que Él nos siga acompañando y fortaleciendo. También le confiamos nuestras vidas, como lo hace hoy con los peregrinos de Emaús, que lo reconocen al partir el pan y toman fuerzas nuevas para enfrentar sus quehaceres cotidianos. Que ésta sea también nuestra experiencia ante este Dios que ha vencido la muerte”.

Durante su homilía el padre Oscar se refirió a la primera lectura de este miércoles 20 de abril (Hech. 3, 1-10), la cual habla de la “Sanación de un paralítico”, y dijo “también podríamos ser cada uno de nosotros, que a veces en nuestro trabajo, en la secretaría de las parroquias hay situaciones que nos toca vivir, y que nos paralizan, que uno no las espera, pero necesitamos tener la actitud de este hombre, de encontrarnos con Jesús resucitado. Es importante sacar nuestras parálisis de miedo, de la desesperanza, del temor que tantas veces no nos permite hacer bien nuestro trabajo”.

También reflexionó respecto del Evangelio de Lc. 24, 13-35, donde se relata la experiencia de dos discípulos en el encuentro con Jesús, en el Camino de Emaús. “Ellos reconocieron al Señor al partir el pan. En nuestro trabajo también hay alegrías y desánimos, lo importante es ver nuestras vidas y hacer nuestro trabajo siempre con los ojos de Dios. Que podamos también siempre tomar fuerza a través de la oración, de la eucaristía, del encuentro con los demás”.

“Que el Espíritu del Señor resucitado, nos acompañe, nos anime este año en nuestros encuentros, en nuestros trabajos y en nuestras vidas”, concluyó el padre Oscar.