El canto del coro anunció el inicio de la celebración eucarística y la entrada de los celebrantes: el obispo de la Diócesis de Osorno Jorge Concha Cayuqueo, el religioso de los Misioneros del Verbo divino, padre Aures Da Silva vicario parroquial de la parroquia Espíritu Santo, y sus hermanos de congregación, padre Juan Delau, párroco de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes y el vicario padre Juan Pablo Wewo.

Durante la celebración, la comunidad participó con gran solemnidad de la celebración litúrgica, y escuchó atenta la homilía que entregó el pastor de la Iglesia osornina. También hizo sus peticiones y presentó sus ofrendas, para finalmente formar parte de la fiesta fraterna en torno la mesa del compartir con sencillez, con alegría y mucho cariño.

Por su parte el obispo Jorge en su mensaje señaló que, en este encuentro, en que los fieles se reúnen especialmente para alabar y dar gracias “a nuestro Dios; Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero que es un solo Dios y en Él creemos y lo seguimos, y hoy recordamos esta gran verdad de nuestra fe: la Santísima Trinidad”.

Explicó que cada vez que “hacemos reuniones de comunidad, y con mayor razón cuando celebramos cada liturgia, lo iniciamos invocando: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y hacemos la señal de la cruz. También lo hacemos en cada Sacramento, sobre todo en el Bautismo porque Jesús, al final de su estadía en este mundo con sus apóstoles, les dijo: vayan por todo el mundo anuncien la Buena Nueva, enséñenles y bauticen en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19)”.

También dijo que “somos trinitarios, porque es Jesucristo, el Hijo de Dios, quien nos enseña y nos revela al Padre. Todo es revelación de Jesús, y Él dice: todo lo que es del Padre es Mio, y el Espíritu va a recibir de lo mío, y Él se lo anunciará a ustedes (Jn 16, 14-15). El Padre y yo somos una sola cosa (Jn 10,30) y por eso el que ve a Jesús, ve al Padre. Esta enseñanza de Jesús es el pilar numero uno de nuestra fe, de todas las verdades, por eso la verdad de un solo Dios en tres personas”.

Entonces el “misterio de la Santísima Trinidad es una enseñanza que es fundamental de nuestra fe, si no lo podemos entender bien, abrazamos esta verdad con amor, porque así se nos ha revelado por el Hijo de Dios, y si es de Él, eso nos basta”, agregó.

Otro aspecto que subrayó el obispo es esa “unidad del señor, que es un ejemplo para nosotros. Buscar la unidad y trabajar por ella si es necesario es un desafío para los cristianos católicos porque estamos llamados, por el mismo Jesús, a hacerlo y así poder contribuir a la unidad del mundo, de nuestro país que está dividido, de nuestro barrio, de nuestra familia, de nuestra Iglesia”.