En la oportunidad, en que los asistentes se mostraron interesados y participativos, el profesional relató los albores de la Iglesia en Osorno, se refirió a la materialidad de la edificación y cómo al paso del tiempo los terremotos y los incendios se encargaron de destruir la construcción de la Iglesia, ubicada frente a la Plaza de Armas de la ciudad, desde el año 1600 hasta el 22 de mayo de 1960.

Explicó entonces cómo la reconstrucción de cada templo transformó su estructura, el paso del adobe al hormigón, y la llegada de los colonos alemanes en 1850, quienes trajeron nueva tecnología que permitió trabajar en el material más abundante de la zona: la madera, y cómo ello cambió la infraestructura más antigua de la ciudad y la calidad de las edificaciones, que hasta hoy permanecen en pleno centro.

Hasta entonces, aseguró el profesor de historia y geografía, “la ciudad sufrió una transformación donde cambiamos de estas antiguas residencias coloniales, típicas de la zona central del país, a estas grandes casonas construidas por estas familias alemanas, francesas, españolas”.

Por los años 1930-1931 comienzan a parecer en el perfil urbano de la ciudad de Osorno, edificios de hormigón, con el cual se levantó el cuarto templo de la Catedral, “también aparece el Gran Hotel Burnier, el edificio de la Gobernación, el Correo, y el Teatro Municipal, construido por la familia Montalba”, señaló.

“En el año 38 aparece el edificio de la Sago que está colindante a la Catedral, y la casa parroquial es un poco más antigua, más o menos por la época del 20, y es lo que permanece de esta antigua estructura”, agregó Francisco Toledo.

Explicó también que, en estos años, el Templo Mayor de Osorno “tenía un techo dos aguas, un frontis muy de la época, y muy parecido al de la Iglesia de San Francisco, y bueno esta edificación no pudo resistir el terremoto del 22 de mayo de 1960, cuyos daños en su estructura hizo que fuera el único edificio en ser demolido”.

Relató que el año 1962 se comienza la actual construcción de la Catedral San Mateo Apóstol “gracias al comité de reconstrucción, al esfuerzo de la comunidad católica de la ciudad, algunos aportes de privados, muy probablemente hasta el Estado también puso de su parte para que el templo fuera erigido”.

“Al parecer lo que se buscaba es que esta iglesia fuera un ícono de la ciudad, que pase a ser parte de la identidad o el sello de presentación de Osorno, de hecho, hoy es probablemente el edificio más conocido en el centro”, añadió.

Con estilo neogótico, cuya construcción demoró más de 20 años, fue bendecida recién en 1982 por el obispo Francisco Valdés, y hoy el Templo Mayor de la Diócesis de Osorno es centro de atención turística, y la casa de oración de la comunidad diocesana.