“Hermanos y hermanas:

Con el Domingo de Ramos se da inicio a la Semana Santa, en la que recordamos y hacemos memoria de los hechos más importantes realizados por Jesucristo en favor de su pueblo y de todos quienes lo quieran acoger.

Hacemos memoria de su entrada a Jerusalén, reconocido como el Mesías anunciado por los Profetas, y el Esperado para traer la liberación. Fue aclamado por la multitud como su rey, con gran alegría y decisión.

Hacemos memoria de la Última Cena con sus discípulos, en la que explica el significado del Pan y del Vino, signo de su entrega total, sin reservas de su vida para expresar y cumplir la voluntad de Dios Padre, que es el amor que Salva.

Hacemos memoria del camino de la Cruz, desde el Getsemaní hasta el lugar de su muerte, un camino en que la misma multitud que lo había vitoreado, ahora pedía para Él la muerte en cruz. Jesús se entrega y muere, así como el grano de trigo que muere para que renazca la vida.

Hacemos memoria del hecho más extraordinario de Jesús en favor de la humanidad. Al tercer día de estar en la oscuridad de la muerte, Jesucristo Resucita y se manifiesta a sus discípulos para reconfortarlos y enseñarles que ese mismo es el camino y la esperanza de todo el que en Él cree y espera.

Queridos hermanos y hermanas, los invito a participar de todas las celebraciones de esta Semana Santa con espíritu de oración, con gratitud, con alegría, con fe y esperanza, para que la gracia de Dios llegue a cada uno y cada una, y se extienda porque mucho lo necesitamos. El mundo y la Creación entera lo necesita.

Que Dios bendiga a cada uno, a cada familia y a nuestro país”.