En la actividad, el Pastor de la Iglesia local dijo que hoy en la Iglesia local hay 23 sacerdotes diocesanos, dos de ellos ordenado durante su periodo: presbíteros Felipe Fernández y Patricio Sánchez, “un sacerdote está con permiso prestando servicio pastoral en Punta Arenas y uno, con permiso por un año más para hacer un discernimiento sobre su vida”.
La Diócesis de Osorno cuenta “con 22 parroquias, de las cuales 15 son atendidas por sacerdotes diocesanos, dos de ellos atienden dos parroquias cada uno, y otras siete, están encargadas a congregaciones religiosas. Hay nueve institutos de vida religiosa femenina, un hermano laico perteneciente a la congregación San José”, detalló.
También hizo memoria de quienes lo han acompañado en la Vicaría General, en la Vicaría Pastoral, en la Cancillería y los delegados de Catequesis, de la Pastoral Solidaria y Social, de la Educación, “a cada uno de ellos y ellas agradezco de todo corazón, y pido a Dios que bendiga su amor a nuestra Iglesia y su entrega generosa al servicio de todos”. Expresó además su agradecimiento al personal del obispado “por el servicio silencioso que han hecho, constante, con una notable entrega”.
Destacó además que “en este tiempo hemos tenido el Consejo de Asuntos Económicos, un agradecimiento especial a sus miembros que estuvieron y a los nuevos. Este consejo ha sido de una ayuda extraordinaria, especialmente en los momentos más complicados, en él hemos tenido competencia, experiencia y mucho amor a la Iglesia. Gracias por ese servicio competente y voluntario”.
“Recién en el 2022 se constituyó el Consejo Pastoral Diocesano, compuesto por 37 hermano y hermanas, representantes de nuestras parroquias. Este órgano es de gran ayuda para la Pastoral de conjunto, para la sinodalidad, la comunión y la unidad, que en las actuales circunstancias resulta imprescindible. El cometido de este consejo, si bien es dar consejo al obispo, debe ir de la mano a la Vicaría Pastoral, al desempeño de los consejos pastorales parroquiales y a los consejos económicos de cada comunidad, instancias que no ha sido fácil de implementar en cada parroquia, y ojalá que sea fortalecido porque es una oportunidad para recoger experiencia, reflexión, iniciativa, y fomentar la comunión”, agregó.
En la ocasión destacó la importancia de las siete funciones que existen en la Iglesia local: Fundación Juan Pablo II, Fundación Betania, Fundación Cristo Joven, Fundación Misiones de la Costa, fundación Nuestra Señora de la Candelaria, Fundación Betsaida, Fundación Francisco Valdés “en el verano recién pasado quedó reconstituida esta fundación, con nuevos estatutos y con nuevos integrantes, cuya principal misión es la de promover la persona de Monseñor Valdés y contribuir al legado material de Monseñor Valdés”, resaltó.
Añadió que en el verano del año 2022 “se inauguró también la escultura del primero obispo de Osorno, y está en el frotis de nuestra Iglesia Catedral, donada e instalada por la Ilustre municipalidad de Osorno, también en esta fecha se realizó la ´Ruta Artística de Monseñor Valdés, que llevó un grupo de personas a conocer las cruces pintadas por nuestro Venerables Siervo de Dios en diversos lugares de la diócesis”.
Informe Económico
En lo que respecta al informe económico, el obispo Jorge Concha dijo que “nuestra diócesis desde los comienzos ha sido subsidiada principalmente desde Europa; Alemania y Holanda fundamentalmente a través de ayudas directas, a través de proyectos, hasta que nuestro país comenzó a ser considerado económicamente solvente, y así también las iglesias particulares de Chile, a partir de los años 2014-2015”.
Continuó el Pastor de Osorno y dijo que hubo algunas excepciones al respecto, “algunas congregaciones pusieron continuar su solidaridad principalmente, aquellas que tenían misioneros en estos lugares. Así, en la estructura básica nuestra Diócesis ha sido en gran parte subsidiada, ayudada, gran parte de su historia es una iglesia que no se autofinanciaba, ha sido mantenida por fuera. Es un poco duro esto, pero así ha sido”.
Respecto a la contribución del 1% señaló que “ha sido fluctuantes, y más bien a la baja, y no se ha recuperado, hay tiempos en que hay signo de que se ha recuperado y otras veces, no. Ha tenido un flujo relativamente bueno por un tiempo, llegó a cubrir entre el 12 y el 15%, al comienzo cuando estaba Monseñor Rebolledo, bajó considerablemente en el tiempo de Monseñor Barros, hasta el punto de llegar a ser completamente irrelevante”.
“Ha sido muy difícil retomar la práctica del 1%, porque la gente dejó de dar el aporte. Claramente el 1% es muy poco, sin embargo, tenemos la esperanza que mejore con el trabajo que se está haciendo el padre Patricio Sánchez con el equipo. El 1% es el otro pilar de la estructura económica de nuestra Diócesis, y hoy es el 3% o 5%.”, agregó.
Explicó que el Obispado “desde que dejó de ser subsidiado desde el exterior, pasó a financiarse práctica y exclusivamente de los arriendos de los locales comerciales que se encuentran al lado de la Catedral, que son pocos. Hasta yo pensaba que comenzaban a la entrada de Mackenna y terminaban en Ramírez, y no es así, solo llega hasta la mitad, es un tramo pequeño”.
En resumen, aseguró que la estructura económica de la Iglesia osornina “es muy frágil, exige una administración estricta, austera y no resiste compromisos nuevos e imprevistos onerosos, y de tanto en tanto, los hay. Fue lo que pasó en los últimos años con la pandemia, situaciones heredadas y otras nuevas, pasan a ser muy problemáticas”.
“Sí se poseen bienes inmuebles, pero que no son rentables. Todos los bienes que posee la Diócesis originan impuestos y sobretasas también, eso es lo primero. Lo segundo, hay un periodo difícil desde el 2018 en adelante. Cuando yo asumí, en junio de ese año, tuve la información general que la administración económica de la Diócesis era sana, que no siendo holgada estaba bien administrada, que permitía hacer frente a sus compromisos”, agregó.
Relató que había un convenio con Tesorería de la República General de la República “de una deuda que venía del tiempo de Monseñor Rebolledo, y había sido actualizado en el periodo de Monseñor Barros, y la Diócesis contaba con un depósito que era un ´colchón´ de unos 60 millones de pesos, entre octubre y noviembre del 2019 supimos que la deuda pactada estaba aumentando mucho por los interés, multas y reajustes. Por tal razón el 18 de diciembre de ese año, cancelamos dicha deuda con el depósito existente, que era el equivalente. El ahorro era la deuda”.
La idea, aseveró era empezar con más realismo y austeridad en marzo del 2020, “pero llegó la pandemia, y con ella comenzamos a tener repetidas y largas cuarentenas, lo que hizo que no pudiéramos recibir lo presupuestado por arriendo de locales comerciales. Ese fue el otro tremendo problema que se nos presentó, los arrendatarios comenzaron a pedir rebaja, y hubo rebaja hasta del 80% del arriendo porque no podían pagar”.
También “el 1% que ya era bajo, bajó aún más por la falta de presencialidad en las liturgias, por esta misma situación hubo que aumentar la Congrua a los sacerdotes”, dijo y agregó que “tuvimos una nueva deuda en Tesorería, por contribuciones, y el ecónomo de ese tiempo había iniciado otro convenio sin autorización, y cuando supimos conseguimos un préstamo anulamos el convenio recién suscrito y cancelamos la deuda acumulada que también ascendía a cerca de otros 60 millones de pesos. Nos apuramos porque nos informamos bien, con personas que saben y entienden del tema, y en pocos meses esta la deuda iba a ser de unos 90 millones con los impuestos, las multas y reajustes”.
“Con todo esto nos dimos cuenta que había dificultades en los arriendo de los locales, quizás no con malicia, pero muchas partes del contrato había sido hecho de palabra, como se hacía a la antigua. Entonces había que hacer algo nuevo y se decidió cambiar el servicio de corretaje de los locales comerciales, con un contrato actualizado en numerosos aspectos que en el anterior no estaban claros o simplemente no estaban, y según la realidad actual, ahora comercial”, señaló.
También se refirió a la situación de salud del padre Guillermo Prado, incardinado en la Diócesis de Osorno, estuvo un periodo prolongado “en la casa Santo Cura de Ars, y por reiterados servicios médicos acumulamos una deuda con el Arzobispado de Santiago y la Mutual Pax, por más cien millones de pesos, ¿cómo dirán ustedes? Bueno, él tiene como cinco patologías muy complicadas, y después nos enteramos que hubo hospitalizaciones en la clínica de la Católica, y ahí hospitalización de 15 días, es caro, y lo pagaba la casa de reposo del Arzobispado de Santiago. Hoy está en el Hogar Santa María”.
“Una buena noticia es que, de palabra, aun no llega el documento, el Arzobispado de Santiago condonó el 50% de la deuda, yo tengo la esperanza de que pueda condonar otro poquito, pero sigue la deuda con Mutual Pax. Cuando faltó plata para pagar las clínicas, el hogar de Santiago le pidió a esta caja que pagara parcialmente y en algunos casos, debió asumir el costo total, esa deuda tenemos con Mutual Pax”, explicó.
En la segunda parte de informe económico, el Vicario General y Ecónomo del Obispado de Osorno, padre Cristian Cárdenas desglosó, desde abril del año 2022 hasta marzo de 2023, cada ítem de la economía diocesana mostró y detalló los gráficos presentados a la asamblea presente.
Otros temas complicados “y que nos hicieron más crítica la situación, que tuvieron incidencia en la economía fue la reparación en caso de abuso. Oído el Colegio de Consultores y el Consejo Económico de la Diócesis, y a pesar de la situación económica desfavorable, y después de numerosos diálogos, llegamos a acuerdo reparar económicamente, como parte de una reparación más amplia y concreta, el tema de abuso que fueron denunciados en su momento, y en vista de la gravedad de la situación”.
Explicó que para “hacer frente a estos requerimientos lo hemos hecho con dinero a disposición por la venta de una propiedad y unos prestamos especiales. Ustedes se preguntarán, ¿esto cómo se hizo si estábamos tan mal? La situación no se podía alargar más. A las dos semanas de que yo llegué, empecé a recibir casos de abuso, y conversamos, ofrecimos ayuda sicológica, espiritual y más conversación, y al final te preguntan ¿y vamos a seguir conversando?”.
“Gente que fue muy dañada, y bueno fuimos partidarios de asumir la carga y responder en dos situaciones. Desde el Obispado hicimos frente a esto en términos económicos, y por supuesto que tuvo incidencia en lo económico, se sumó”, añadió el Pastor de Osorno.
También incidió “en nuestra economía el tema del allanamiento que nos hizo la Fiscalía en septiembre del 2018. Se llevaron computadores que se debieron comprar nuevamente, y archivos digitales y materiales que, hasta la fecha no han sido devueltos y que ha sido un obstáculo por la variedad de datos que simplemente no están. Recién en esta semana nos llegaron algunos datos, porque se habían pedido en reiteradas oportunidades, pero se cambió la modalidad porque nuestra abogada supo cómo hacerlo”.
Informe sobre abusos
“Los abusos sexuales a menores y vulnerables principalmente, han sido un inmenso dolor para las víctimas, para la Iglesia y para la sociedad toda. Es un daño irreparable para quienes lo sufrieron y un daño muy grande también para la comunidad eclesial y para la evangelización”, dijo el obispo Jorge para introducir el tema.
En la ocasión, la Canciller del Obispado de Osorno, abogada Marcela de la Barra también explicó, siempre resguardando la identidad de las víctimas, uno a uno los casos de las denuncias por abuso sexual de sacerdotes diocesano y algunos religiosos, los cuales fueron informados debida y oportunamente a la comunidad, en primera instancia, a través de los medios de comunicación de nuestra Iglesia.
La profesional dijo que las denuncias a presbíteros fueron tratados desde la Iglesia de Osorno e indemnizados económicamente en dos casos, en uno caso la víctima falleció poco después de haber dialogado al respecto, mientras que aquellas denuncias a religiosos, el obispo Jorge Concha Cayuqueo, envió como corresponde a cada una de las congregaciones.
También se refirió escuetamente a la denuncia por abuso sexual contra el diácono Permanente Víctor Correa, debido que es un proceso con investigación activa.
En este tema, dijo el obispo Jorge, corresponde “reiterar nuestro compromiso en unidad a la Iglesia universal, y en Chile particularmente, con no tolerar el abuso a menores en particular y en general con toda forma de abuso. Dicho esto, todos somos corresponsables de la prevención, debemos garantizar el buen desempeño del Consejo para la Prevención de Abuso en la Diócesis de Osorno, que su trabajo sea conocido, reconocido, divulgado en cada parroquia y en cada capilla, favorecer que todos los miembros de la Iglesia reciban la formación necesaria para prevenir el abuso”.
Informe Pastoral
El Pastor de la Iglesia osornina, se refirió al gran trabajo que se llevó a cabo, especialmente en el 2019, centrado en la reconciliación, en el reencuentro, en la comunión, en la unidad, en el perdón, tanto en el personal apostólicos como en la comunidad general, y se dieron pasos importantes al respecto, para luego retomar a la misión prioritaria de la Iglesia; la evangelización.
Destacó el tiempo prolongado de mucha escucha a un sin número de personas, individualmente y en grupos de laicos, de sacerdotes, de religiosas. Resaltó además la primera Asamblea Diocesana que se llevó a cabo el 20 de agosto del 2018, donde representantes de todas las parroquias expresaron su sentir, su experiencia vivida, y la voluntad de la gran mayoría, de poder trabajar en la sanación, en el perdón, en la comunión.
“En general, sin dudas que las asambleas, encuentros específicos de pastorales han ayudado mucho a recomponen las relaciones de fraternidad, amistad y de trabajo común entre los hermanos y hermanas. En síntesis, hubo un avance significativo en reencuentro en la segunda mitad del año 2018 y 2019”, aseguró el Pastor de Osorno.
Aseveró que “con humildad se pudo hacer más y mejor, y seguramente hay hermanos y hermanas que encuentran que fue poco o insuficiente lo hecho, o que pudo hacerse de otra manera. Personalmente tenía el ánimo de que el 2020 se darían pasos aún más significativos en todos los ámbitos pastorales pero la pandemia nos bloqueó poderosamente el 2020 hasta parte del 2022”.
Sin embargo, también resaltó todo el esfuerzo de algunas comunidades parroquiales y pastorales que pese a las restricciones sanitarias trabajaron en apoyo de las familias más vulnerables, aquellos templos que generosamente prestaron sus dependencias como lugares de vacunación.
Se refirió a la red de comunicaciones que se genero durante la pandemia, y que hoy desde los resultados de cada uno los encuentros diocesanos, surgió el equipo de comunicadores parroquiales que hoy se encuentran gestando un proyecto para visitar, junto a las réplicas de las seis cruces de Monseñor Francisco Valdés en nuestra Iglesia, cada una de las comunidades.
Destacó además el gran proyecto Misionero Diocesano que se realizará entre el 2023 y el 2025. Fue dado a conocer el pasado 25 de marzo en la asamblea que se llevó a cabo en Fray Escoba, e inició su ciclo formativo “Camino hacia la Misión Diocesana” el pasado 15 de abril.
Finalmente, el Pastor de la Iglesia osornina, quien fue nombrado por el Papa Francisco como obispo de la Diócesis San José de Temuco, agradeció a la comunidad diocesana por su acogida, por su cariño, su apoyo pastoral, e invitó a continuar trabajando por el proyecto Misionero Diocesano.
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