Como es costumbre, la comunidad inició la celebración dedicada a su Santo Patrono con el Banquete Eucarístico, donde la asamblea elevó su oración con cantos y agradecimientos al Señor. Inmediatamente después, presididos por la imagen de San Pedro, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos, peregrinaron por la calle principal de la localidad hasta el muelle.

Una vez llegados a la caleta, y luego de un breve responso y el tradicional acto civil en la sede del lugar, el Administrador Diocesano de Osorno, padre Cristian Cárdenas Aguilar acompañó el hermoso acto de depositar flores en el mar, en memoria de todos los pescadores que ya se encuentran gozando de la vida eterna.

En la oportunidad, tres embarcaciones decoradas con serpentinas, globos, ramas, y la bandera chilena, llevaron a fieles y devotos hasta el lugar donde con alegría y gran solemnidad, depositaron la ofrenda floral, e inmediatamente después el Pastor de la Iglesia Osornina, hizo oración por quienes ya partieron a la casa del Padre, y pidió por los trabajadores del mar y por sus familias, también por todos los habitantes del lugar.

Cabe destacar que, junto al Administrador Diocesano, quien presidió la Santa Misa, concelebraron el padre Teóforo de Jeu, párroco de la parroquia Cristo Resucitado, en Misión Cuínco, y el presbítero Oscar Escobar, párroco de la parroquia San Bernardino, en Quilacahuín.

Mensaje del Administrador Diocesano

Al iniciar su homilía, el padre Cristian Cárdenas saludó especialmente a las autoridades civiles, uniformadas, y de los pescadores del lugar, y dijo que en este día de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, “también hay que destacar algo de San Pablo, quien en una primera instancia no era cristiano, al contrario, los perseguía, pero en algún momento de su vida, tuvo un proceso de conversión, se encontró con el Señor, y lo siguió, y luego comenzó a predicar a los otros pueblos”.

Por otra parte, agregó que Pedro, “quien nos aparece en la primera lectura (Hch 12, 1-11) y en el Evangelio (Mt. 16, 13-19) que vive una instancia en tiempo de persecución, está encarcelado, encadenado, pero ahí también Dios va a realizar su obra, y lo libera de las ataduras de las cadenas, y de la cárcel” señaló el Administrador Diocesano e invitó a la asamblea a hacer un paralelo con la propia vida, en que muchas veces el mundo se convierte en cadenas “que no nos permiten avanzar ni dar luz desde la fe, y nos aferramos de aquellas cosas del mundo que nos privan de una relación con Dios”.

Sin embargo, destacó la liberación que vive el Apóstol Pedro, y preguntó a la asamblea “con eso ¿qué nos está mostrando?; que la obra de Dios es en el mundo, no fuera de él, y así como Pedro, tenemos la posibilidad de abrirnos a la acción del Padre, para que realice su obra en nosotros”. También resaltó que, para hacer memoria de Pedro, “en nuestro contexto, tendríamos que ir a ese momento en que él está junto a la barca, donde pasa Jesús, lo ve y le dice: ´sígueme y te haré pescador de hombres´, y Pedro dejó lo suyo para seguir al Señor”.

Agregó que seguramente la vida de los pescadores y los asociados o vinculados a ellos “debe suceder también; en algún momento la fe se hace presente, se escucha la voz de Dios en el silencio o en el estruendo del mar, y queremos ser sus seguidores, y en este día, a través del Apóstol Pedro queremos rendir homenaje a todos los pescadores, especialmente a aquellos que han dado su vida en el servicio, en las faenas en el mar”, añadió.