El festejo se inició pasadas las 14.00 horas, con la procesión en la que los fieles y devotos, a pie y en vehículo, dieron testimonio de su fe por la avenida del lugar, a orillas del mar junto a la imagen del pobre pescador de Galilea, hasta llegar a la caleta del lugar, donde fue celebrada la Santa Misa.

La celebración Eucarística fue presidida por el Administrador Diocesano, Padre Cristian Cárdenas Aguilar, y concelebrada por el padre Adrián de Vet, párroco de la parroquia San Juan Bautista, en San Juan de la Costa, y el párroco de la parroquia dedicada a San Bernardino en Quilacahuín, presbítero Oscar Escobar. También sirvió en el Altar y en la preparación de la celebración, el diácono del sector, Rubén Hernández y sus dos nietas, acólitas.

Una vez finalizada la Eucaristía, la asamblea presente, se dirigió al mar, donde cuatro pescadores en un vote, adentraron la ofrenda floral que con gran solemnidad depositaron en el océano como signo y memoria del recordar especialmente este día, a sus conocidos, amigos y colegas pescadores que ya partieron a la Casa del Padre, y por quienes se hizo especial oración durante el Banquete Eucarístico.

Antes de iniciar la Santa Misa, el presidente del Sindicato de Pescadores de Pucatrihue, Eduardo Marileo saludó a los presentes, les dio la bienvenida a las autoridades civiles y militares. También a toda la comunidad, a los vecinos y a los dirigentes, “en este día en que se conmemora a San Pedro al iniciar la Santa Misa, y que es crucial para nosotros como pescadores”.

“Como todos los años nosotros, como pescadores nos reunimos y nos organizamos para celebrar este día, día de nuestro Patrono. Como hombres de mar, cuando salimos por la mañana al trabajo, al mar, no sabemos si volveremos. Nuestra única esperanza de cada día al salir, en cada corazón llevamos a nuestro Dios para así regresar con el sustento del día para nuestras familias”, agregó.

Así también, añadió, recordamos a nuestros “queridos socios, amigos y hermanos que se han ido. A veces dicho recuerdo es con tristeza porque ellos también han vivido una vida sacrificada, y por eso me permito decirles a todos ustedes que hoy es un día de reflexión, de hermandad. Finalmente le dio las gracias al diácono Rubén Hernández por acompañarlos siempre en nuestras celebraciones”.

Por su parte, en su homilía, el padre Cristian Cárdenas hizo memoria de la antífona del Salmo (33,2-3.4-5.6-7.8-9): “El Señor me libró de Todos mis temores”, y de las palabras del presidente del Sindicato de Pescadores, porque “cada día que salen al mar, no saben del regreso, tan solo la seguridad del Dios que llevan en el corazón les da la certeza de ir y volver. Salen con esa convicción”.

Continuó su prédica y señaló que, para enfrentar cada miedo en la vida, siempre hay riesgos, “y nuestros hermanos pescadores, muchas veces, corren grandes riesgos para poder tener el sustento para sus hogares y poder, a nosotros, a toda la comunidad, a toda la sociedad beneficiarnos de lo que traen del mar”.

Añadió además que seguramente la comunidad se preparó varios días para vivir “esta celebración, para encontrarse, para juntarse, para hacer la procesión, para festejar la Santa Misa, y todo a través de San Pedro pidiendo por cada uno de los pescadores, y solicitando su intervención por cada una de sus familias, por este lugar y por los demás también donde se desempeñan las tareas de la pesca”.