A las 8.00 horas se abrieron las puertas de la parroquia Reina de Los Mártires, para acoger a quienes quisieron acompañar al sacerdote de origen alemán, en su despedida definitiva de este mundo. Puntualmente a las 9.00 horas el féretro del padre, quien falleció el pasado domingo 9 de julio a las 15.35 horas debido a una insuficiencia respiratoria aguda, fue trasladado al Templo Mayor de la Diócesis de Osorno, donde se celebró la Santa Misa de exequias.
En la oportunidad, fueron reconocidos algunos elementos propios de la vida del padre Vicente, y puestos sobre su féretro: “la luz, que es el mismo Cristo y que él reconoció y mostró en todos los lugares de nuestra diócesis; la estola, signo de su sacerdocio; el rosario, que muestra su amor a María, nuestra Madre; y finalmente su trabajo pastoral demostrado en sus pequeños libritos y su preocupación por las personas sin hogar”, leyó la guía de la celebración, Lorena Marín.
Inmediatamente después, el obispo de la Diócesis de Temuco, padre Jorge Concha Cayuqueo, quien presidió la Santa Misa, inició el rito simplificado de las exequias y dijo: “Junto al cuerpo, ahora sin vida de nuestro hermano, el padre Vicente, encendemos, oh Cristo Jesús, esta llama, signo de tu cuerpo glorioso y resucitado, que el resplandor de esta luz ilumine nuestras tinieblas y alumbre nuestro camino de esperanza hasta que lleguemos a ti, oh Claridad Eterna, que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos. Amén”, mientras el Administrador Diocesano, padre Cristian Cárdenas Aguilar encendió el Cirio Pascual.
Al finalizar este primer momento, se dio inicio a la Santa Misa, en la que después de la Liturgia de la Palabra, el padre Oscar Escobar Oyarzún, párroco de la parroquia San Bernardino, en Quilacahuín, entregó su hermosa y sentida homilía, la cual comenzó diciendo: “Te doy gracias Padre Bueno porque has ocultado estas cosas a los santos y se las has revelado a los pequeños, a los sencillos, a los de corazón puro”, y agregó “Padre Vicente tú fuiste una persona sencilla, un hombre de corazón puro que te dejaste seducir por Jesús, y en tu vida sacerdotal fuiste un reflejo de Él en las parroquias donde estuviste como pastor, iluminando, enseñando y animando la vida de tu pueblo”.
“Padre Vicente, estoy como tú; nervioso, con temor y temblor porque tengo el privilegio de dirigirme al pueblo de Dios, al cual tú guiaste. Fuiste una pequeña luz para muchas personas en nuestra diócesis, nuestro Osorno”, agregó y continuó: “Crecí en la parroquia Sagrado Corazón, llegué ahí el año 1973, y el padre Pedro (Kliegel) llegó a formar el grupo de acólitos, y cuando llegó el padre Vicente, él se hizo cargo de esa comunidad”.
Explicó que asistía una gran cantidad de niños, y aunque no le entendían mucho, debido a su origen alemán, “el compartir con él, el estar con él, el hacer vida comunitaria con él, era interesante. Las jornadas, los campamentos, la preparación de CEVAS movía gran cantidad de niños, y el padre siempre con su característico entusiasmo”.
También, el padre Oscar, relató algunas experiencias vividas en la Aldea Juvenil, “él muchas veces hacía piruetas, se disfrazaba, la gente no sabía quién era, y todas esas ´payasadas´ que hacía, era el padre Vicente”. Dijo que podría recordar y mencionar tantas cosas, pero que las habían recordado el pasado lunes 11 de julio como por ejemplo que siempre comparaba dulces de miel para compartirlos con todas las personas con las que se encontraba.
“Con el tiempo, veo que en todo lo que hacía, que en todo lo que realizaba él lo hacía con alegría, siempre nos decía. ´no hay que andar con la cara larga, sino contentos´, y él esa alegría la vivía en carne propia”, aseguró el sacerdote diocesano, y continuó su relato “el padre Vicente era un hombre creativo, y eso muchas veces lo interpretábamos ´¿qué lesera ahora se le ocurrió?´”.
Hizo recuerdo de “cuando llegó en su furgón todo pintado, creo que eso era fruto de su creatividad y de su gran alegría. Como niño, como joven, también yo veía su entrega porque el padre Vicente era un hombre de pura gratuidad, un hombre entregado, y como les dije, era un hombre que se dejó seducir por Jesús, y a esa persona era a quien el padre reflejaba todos los días y en su ministerio”, aseguró el presbítero.
“Su sencillez, su perseverancia, no era un hombre perfecto, pero era un hombre constante, que daba la pelea, no tiraba la toalla a medio camino, y eso fue porque tenía la figura de Jesús en su persona, en su vida. También nos predicaba sobre la gratuidad, es lo que hace Jesús en el Evangelio de hoy: ´Te doy gracias, Señor´, y eso lo recalcaba y lo repetía muchas veces en sus homilías, la gratitud que un cristiano debe tener a Dios, porque Él nos regala mucho y tenemos que ser personas agradecidas”, agregó.
“El padre Vicente nos deja una gran tarea, un gran desafío a nosotros como Diócesis, a nuestro Osorno, a nuestras parroquias, a nuestras familias, a nuestros lugares de trabajo, nos invita a ser también cristianos, hombres y mujeres de la alegría, de la creatividad, de la entrega, de la sencillez, de la perseverancia, del espíritu de servicio. Esa es la tarea que nos deja a cada uno de nosotros, para hacer, y para ser una Iglesia, un Osorno más humano, esa es su invitación porque eso es lo que él vivió”, aseguró el padre Oscar.
“Creo que el padre Vicente Gottschalk fue un evangelio, fue una buena noticia para cada uno de nosotros cuando regalaba ese dulce, la sonrisa, sus chistes, etc., eso fue lo que vivió en su vida común y corriente y en su vida ministerial, un hombre de Dios, un hombre que comunicaba buena noticia, y es el desafío que nos deja: vivir el Evangelio, ser una buena noticia para los demás”, añadió.
También dijo que “el evangelista Juan en el capítulo 14, versículo 1, nos dice: ´no se turben, confíen siempre en Dios´, yo les digo a ustedes pueblo de Dios que hemos conocido al padre Vicente, frente a la pascua de nuestros seres queridos, cuando nos toca levantarnos para ir al trabajo, para cumplir nuestros deberes, cuando llegan problemas que no esperábamos, cuando la vida nos presenta un terremoto y se nos mueve el piso, aquí San Juan nos dice: ´no se turben, confíen siempre en Dios´, y es lo que hacía el padre Vicente, y por tanto es la segunda invitación que nos hace”.
Siguió su homilía; “Creo que el padre Vicente siempre rezó la plegaria eucarística en la Misa que dice: ´La vida no termina, sino que se transforma´. Padre Vicente tu vida no termina, se transforma, te vas a la nueva Jerusalén, a ese cielo nuevo y a esa tierra nueva de la que nos habla San Juan, en donde ya no habrá llanto, no habrá dolor, ya no habrá tristeza”.
“Por último, una palabra que él tenía, cuando siempre se despedía, él nunca decía ´chao´ sino que decía ´Chahuilco´. Padre Vicente Chahuilco, descansa en paz y gracias por todo”, finalizó el párroco de la comunidad dedicada a San Bernardino.
Cabe destacar que, al finalizar la Santa Misa, también dieron su último adiós al llamado “cura de pueblo”, representantes de Fundación Cristo Joven, de la comunidad kolbina y el alcalde Emeterio Carrillo. Todos ellos destacaron la gran labor evangelizadora, pastoral y social que realizó el sacerdote alemán, y compartieron parte de la experiencia personal vivida junto él.
Por su parte el padre Cristian Cárdenas, dio gracias a Dios en nombre de toda la Iglesia de Osorno, porque su Espíritu sopló en una lejana ciudad de Alemania “y nos trajo a un misionero, un servidor que, no solo nos vino a anunciar la Palabra de Dios, sino que además se preocupó de las necesidades, de las familias en los campamentos, de dignificar y de cuidar la vida, fue un promotor de la vida. Cuando el padre Oscar habló del furgón pintado, también tenía allí una campaña por la vida; ´no al aborto´ decía”.
“Gracias a Dios por este gran hombre, gran sacerdote, que también a todos nosotros nos enseñó a amar a Jesús, a amar a María”, expresó el Administrador Diocesano, e hizo recuerdo de las últimas intervenciones que realizó en estas semanas el padre Vicente y cómo también se hizo parte de la Misión Diocesana. Agradeció al obispo Jorge Concha, quien quiso estar presente, acompañar y presidir la Santa Misa para despedir al padre Vicente, y a cada una de las comunidades y a quienes vinieron desde otras partes de Chile, para manifestar su cercanía con su presencia y su oración.
Finalmente dio gracias al clero, a la familia del padre Vicente en Alemania, a las autoridades presentes, a la diócesis alemana a la que pertenecía el sacerdote cofundador de Fundación Cristo Joven, por haber permitido que entregara su servicio desde la Iglesia osornina, y a los bienhechores alemanes que a través del padre Vicente hicieron tanto bien a la Diócesis de Osorno.
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