Oraciones, el rezo del Santo Rosario, cantos y la alegría de los feligreses, amenizaron el caminar de los peregrinos que, en cuatro estaciones, preparadas por la comisión de formación de la Misión Diocesana, pudieron profundizar sus conocimientos respecto de la vida de la Santa chilena, sus milagros, su devoción y su espiritualidad.
Una vez llegados al templo dedicado a Santa Teresa de Los Andes, los caminantes pudieron descansar un momento con el compartir fraterno en los salones de dicha comunidad, para luego sentarse en torno al Banquete del Altar que presidió el padre Cristian Cárdenas Aguilar, Administrador Diocesano.
La celebración eucarística fue concelebrada por el párroco de la parroquia Sagrado Corazón, padre Patricio Sánchez Sánchez y el presbítero Walther González Igor, párroco de la parroquia San Agustín de Puerto Octay, además acompañó el seminarista José Manuel Rozas y dos acólitos, quienes apoyaron en el servicio del Altar.
Al momento del ofertorio, fueron presentados ante el Altar “un nuevo hábito de Carmelita Descalza, el cual fue regalado para revestir la imagen de Santa Teresa, aquí en su templo”, leyó la guía de la Santa Misa. También se ofreció una planta como expresión de la alegría de la santa patrona de Tacamó, “que consagró su pureza a Cristo, el Señor. Ofrecemos al Señor el Santo Rosario como signo de la devoción mariana que practicó Teresa diariamente, durante su vida de Carmelita, además el pan y el Vino, necesarios para la Eucaristía”, continuó su lectura.
Con esta peregrinación y la Santa Misa, “juntos hacemos memoria de ese camino que tratamos de hacer hacia Dios. Con esto nos damos cuenta que es un caminar que no podemos hacer solos, sino que siempre necesitamos involucrarnos con los demás, ese es también el sentido de comunidad, de Iglesia; el caminar juntos”, dijo el Administrador Diocesano en su homilía.
“Mientras veníamos en el camino, proclamábamos la presencia de Dios a todos los que encontrábamos, y seguramente también a quienes viven cerca de la carretera, haciéndoles sentir la bondad del Padre”, aseguró el Pastor de la Diócesis de Osorno.
También señaló que cuando “pensamos en Santa teresa de Los Andes, pensamos además o debemos pensar en el gran regalo que el Señor nos ha hecho, y con ello nos invita, nos anima a que la Santidad es posible, a que Dios es esencial en la vida del ser humano”.
Aseguró que Santa Teresa de Los Andes “se hacía la propuesta de vivir para Dios, con Dios y en Dios. También nos propone a nosotros que seamos de Dios, para Dios y con Dios, y construyamos nuestra vida en esa presencia, y por su puesto en la alegría de ser hijos de Dios”.
“Dentro de sus escritos nuestra primera santa chilena destaca varias cosas, pero algunas de las que me llaman la atención es que ella destaca mucho la amistad, la amistad de personas, y cómo esa amistad la hace trascendente y la lleva a esa relación, a esa intimidad con Dios. Valora mucho la amistad, en este caso ella, de una amiga, a quien le confiaba lo que ella estaba viviendo, el proceso que estaba haciendo, de la alegría que estaba sintiendo”, añadió.
“También destaca el servicio a los demás, la alegría plena, y manifiesta ahí, que el convento para ella ha sido una alegría, que cómo estando allí, en el Monasterio descubre esa alegría perfecta de Dios y dice que; si todos supieran la alegría que hay aquí, estaría lleno el monasterio. Será la alegría a la que también nos invita Jesús en la segunda lectura”, enfatizó.
“Que Santa Teresa interceda por nosotros, por nuestras familias, y por nuestra Iglesia”, concluyó su reflexión el padre Cristian.
Cabe señalar que antes de finalizar la celebración eucarística, y con ella la jornada enmarcada en la Misión Diocesana, el Administrador Diocesano, dio gracias al padre Patricio y a su comunidad por la acogida que realizaron a los peregrinos, y agradeció a “las comisiones que prepararon desde Osorno este peregrinar. Que el Señor les siga animando”.
También el padre Patricio quiso agradecer a las personas que peregrinaron y que también hicieron partícipes a niños y jóvenes; “estoy muy contento de eso porque lo mejor que se les puede transmitir a los hijos, a los nietos es el amor a Dios”, e invitó a la asamblea a pedir a en sus oraciones por el seminarista diocesano, y a hacer oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
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