Fieles y devotos de Nuestra Señora del Carmen, se dieron cita en la parroquia dedicada a la “Carmelita”, para festejar en torno al Banquete Eucarístico que presidió el párroco, padre Mauricio Bello Araya, quien en la oración colecta felicitó a la asamblea por el 74 aniversario parroquial, y pidió por cada uno de los presentes, por las autoridades y por la patria.

Durante la celebración, la asamblea participó con reflexión y silencio en cada momento de oración, y con la alegría propia de los hijos que le cantan a la Madre en los cantos que interpretó el coro parroquial.

Por otra parte, en la homilía, el diácono Manuel Bustos Fuentes, quien cumple hoy un nuevo aniversario de ordenación ministerial, se refirió al significado de Monte Carmelo e hizo un recuento de los inicios de la Orden Carmelita, y una breve memoria de la aparición de la Virgen a San Simón Stock el 16 de julio de 1251, y la promesa de salvación que hizo a los Carmelitas y devotos que llevaran el hábito o el escapulario, y cumplieran con la oración.

En la ocasión, el servidor del Altar, también se refirió a la Santísima Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora del Carmen en Chile, cómo es dada a conocer su devoción y cómo fue invocada como Reina y Madre del país, Patrona Generala Jurada de las Fuerzas Armadas y de Orden, como fruto “del reconocimiento especial de la protección de la Madre de Dios a lo largo de nuestra historia, que comienza en el año 1595, cuando los Misioneros Agustinos, venidos de España, llegan a Chile”.

Igualmente recordó la veneración de la Reina y Madre de nuestra patria desde la fundación de la parroquia dedicada a Ella en la ciudad de Osorno, en 1949, y expresó sus agradecimientos “de corazón a tantos catequistas que han formado a tantos niños, jóvenes y adultos. También a los sacerdotes que han servido en esta parroquia. También en este lugar se han acompañado a muchas familias que han despedido a sus seres queridos, y tantos matrimonios que se han celebrado ante este Altar”.

Por otra parte, hizo alusión al Evangelio de las Bodas de Caná, y dijo “María siempre se da cuenta de las necesidades de nuestras vidas, y Ella se hace parte viva y activa, y tal como en aquella celebración, hoy nos dice: ´Hagan todo lo que Él les diga´, y en este peregrinar, nosotros, los discípulos de Jesús sabemos muy bien que tenemos que vivir difíciles momentos, porque así como les tocó vivir a los apóstoles, nosotros los bautizados también debemos enfrentar el día a día de nuestra propia historia”.

En cada uno de los momentos bueno y otros no tanto, siempre está la Virgen María, para “acompañarnos, para animarnos y alentarnos como ha hecho con tantas personas a lo largo de sus vidas. No en vano, antes que nosotros, se han abandonado en los brazos cariñosos de nuestra Madre, y han sentido el agradable aroma del bello jardín del Monte Carmelo”, finalizó su homilía el diácono Manuel Bustos.