"Estimados hermanos en el ministerio:

Al celebrar la festividad de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars; en nombre de nuestra iglesia diocesana, en primer lugar elevamos a Dios, nuestra acción de gracias por la generosidad de su respuesta al llamado que el Señor le ha hecho para consagrar su vida como ministro de su Iglesia.

Se dice, que el obispo que envío al San Juan María Vianney al pueblito de Ars, entre otras cosas le daba la siguiente recomendación: “No hay mucho amor de Dios en esa parroquia; usted lo pondrá”; es cierto que esta no es nuestra realidad, pero creo que cada uno de nosotros disfrutamos de la presencia del Amor de Dios, que encontramos de diversas formas en nuestras comunidades.   Bajo este postulado en el compartir con la comunidad descubrimos la siembra que otros hermanos sacerdotes han realizado en su paso por la parroquia.

En algunas de sus frases el Santo Cura de Ars, refiriéndose a la parroquia, decía:  “Un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina”, que estas palabras nos animen en nuestro ministerio y cada uno de nosotros podamos ser para nuestras parroquias la presencia de ese mayor tesoro que es Cristo, que seamos instrumentos para que muchos lo puedan descubrir y lo puedan llegar a poseer, como muy bien nos invitaban las parábolas del tesoro escondido o de la perla preciosa que nos presentaba nuestra liturgia en la lectura del evangelio en las últimas semanas.

¡Feliz día del Sacerdocio! y de manera particular, ¡Felicidades a cada uno de los Párrocos!, un abrazo fraterno a cada uno de ustedes en la Paz del Señor".