Como es tradicional, desde la parroquia dedicada a la primera Santa de América Latina, la feligresía junto a su párroco, el padre Américo Vidal, prepararon con antelación diversas celebraciones y actividades que se realizaron desde el primer día de agosto, bajo el lema: “Celebrando con alegría el Mes de la Patrona”.

La fiesta finalizó este miércoles con el Banquete del Señor Sacramentado, donde la comunidad hizo oración y agradeció a Dios por Santa Rosa, y junto con el pan y el vino, en el contexto de la Misión Diocesana, ofrendó “un par de zapatos, símbolo del caminar del discípulo misionero, que sale a anunciar la verdad y el amor de Jesucristo. También presentamos alimentos no perecibles que hemos recolectado durante el Mes de la Solidaridad”, leyó la guía de la celebración.

El Banquete Eucarístico, en que además fue coronada la reina patronal 2023, Ana Valdés, de la Alianza Siervo de Dios Francisco Valdés, y las virreinas: Karina Henríquez, de la alianza Santa Teresa de Los Andes; y Nieves Vargas, de la alianza Santa Rosa, fue presidido por el Administrador Diocesano, padre Cristian Cárdenas Aguilar, y concelebrado por el párroco de dicha comunidad, y sus hermanos de ministerio: Juan Aros Fica, Felipe Fernández Bravo, Patricio Sánchez Sánchez, Pedro Kliegel Still, y Walther González Igor.

Antes de la bendición final, una pareja de jóvenes de la comunidad parroquial ofreció bellamente un pie de cueca a la asamblea presente, la cual siguió alegre y atentamente cada paso de los bailarines, quienes recibieron un fuerte y merecido aplauso.

Mensaje del Administrador Diocesano

Dijo que en esta fiesta patronal se destaca la figura de Santa Rosa de Lima, “pero ella se resalta porque en su vida eligió al Señor, y esta es la invitación que nos hace la primera lectura (2Cor 10, 17-11, 2) que nuestra vida sea resaltada por la presencia de Cristo en ella, y por compartirla con los demás.

“Este es el trabajo que vamos realizando en la vida de comunidad, en la vida de la Iglesia. Es el trabajo que de una u otra manera Santa Rosa realizó, se puso al servicio de los demás. Teniendo todo, no se quedó sentada y acomodada en la mesa, sino que todo lo que tenía en su mesa, lo puso al servicio del otro. Ella también fue vinculándose con su entorno, fue haciéndose parte de la solución de las necesidades de su pueblo. Una gran invitación también para nosotros, hacernos parte de la solución en las necesidades de los demás”, añadió.

También destacó que “seguramente, en otro momento, y durante la novena que hicieron, pudieron ver la vida de Santa Rosa de Lima, las opciones de vida que ella fue haciendo, opciones drásticas, muy fuertes, con penitencia, con ayuno y que los entregaba y donaba para poder conseguir la gracia de Dios. Un llamado también para nuestro tiempo, para nuestra vida de comunidad, nuestra vida de iglesia diocesana. La penitencia y el ayuno que nos ayudan a encontrarnos con Dios”.

“Muchas veces se nos hace difícil por el ritmo de la vida podernos encontrar con el Señor, se nos hace difícil poder entrar en una intimidad con Él, tener nuestros momentos de oración, sin embargo, con este ejemplo que nos da Santa Rosa de Lima de practicar la renuncia a aquello que cada día nos está ligando de poder ofrecer un sacrificio, pero siempre mirando y buscando rostro de Jesús”, explicó el padre Cristian.

“El Señor nos ayude en este tiempo de misión que tenemos como iglesia diocesana, que podamos ir adelante con el mensaje de Cristo, pero por sobre todo que primero lo podamos vivir nosotros, que lo vivamos entre nosotros, y eso lo entreguemos a los demás y presentemos a Jesús también en nuestros ambientes, en los lugares donde se desarrolla nuestra vida”, añadió.

Agradecimiento del padre Américo

Al término de la Fiesta del Banquete el padre Américo Vidal, agradeció la presencia del Administrador Diocesano, padre Cristian Cárdenas, y a sus hermanos sacerdotes, al seminarista y al diácono que acompañaron la celebración, y dio gracias “con profundo reconocimiento a todas las personas que trabajaron durante este mes. Sin embargo, creo que hay un gran desafío para nosotros: ir construyendo una comunidad que, ojalá como decíamos en el Evangelio (Mt 13, 44-46), encontremos este gran tesoro que es Jesucristo, nuestro Señor”.

“Con Él vamos a poder escuchar más a nuestro hermano, poder comprender más. Es lo que le hace falta a nuestra sociedad, al mundo y especialmente a nuestro Chile, escucharnos, comprendernos, y poder escuchar esta buena Noticia: Jesucristo nuestro Señor. Que Santa Rosa siga intercediendo ante el Señor por todos nosotros y por nuestra vida. ¡¡¡Viva Santa Rosa de Lima!!!”, finalizó.