Alrededor de las 15.30 horas, llegó el féretro con el cuerpo del presbítero hasta la Catedral San Mateo Apóstol, donde el Administrador Diocesano, padre Cristian Cárdenas Aguilar, junto a sacerdotes de las diversas comunidades parroquiales, diáconos y el pueblo fiel de Dios que peregrina en Osorno, vivieron la Santa Misa de exequias para despedir al pastor de Río Negro, quien falleció el pasado jueves 31 de agosto en el Hospital Base de Valdivia.

Una vez finalizada la eucaristía, el cortejo se dirigió hasta la parroquia Sagrada Familia de Río Negro, donde habitantes y feligreses lo recibieron con globos en sus casas y cercos, en tanto los Bomberos del sector esperaban solemnemente uniformados y con las balizas encendidas como gesto de bienvenida, de acompañamiento, a quien fuera el párroco de la comunidad.

También la parroquia, adornada y los parroquianos esperando en el frontis del templo para recibir al pastor que regresa para la Misa de exequias, después de haber vivido una fuerte lucha contra la leucemia que se le diagnosticó el 6 de agosto recién pasado.

En la oportunidad su hermano Julio, agradeció a los presentes las expresiones de cariño y toda la oración por su hermano y la familia, y compartió que en su niñez “Toño (el padre Juan) me enseñó a dividir, yo no sabía, y él siempre me cuidó, y en estos días lo cuidé, me tocó devolverle un poquito la mano, y para contarles que él se fue muy tranquilo, muy en paz”.

“Mi familia está expectante de que él pueda llegar para poder despedirlo, pero también nos interesa ser súper justos con su comunidad, que es también su familia extendida, y que puedan también vivir sus muestras de cariño que han sido muchas y muy bonitas. A si es que solo me queda decir muchas, muchas gracias a cada uno de ustedes”, añadió.

Mensaje del padre Juan Aros

Durante la celebración que se realizó en el templo Catedral San Mateo Apóstol, el padre Juan Aros Fica hizo memoria de la biografía del padre Juan Mánquez, e hizo mención de su entrega en la Diócesis de Osorno en los distintos servicios y cargos que ocupó, y las diversas comunidades que asumió como párroco.

Saludó a la familia presente, a cada uno de los hermanos y hermanas que acompañaron al sacerdote diocesano en su despedida de la iglesia osornina, y a su madre, señora Emilia de la Cruz, y destacó las cualidades de quien fuera párroco de la parroquia dedicada a la Sagrada Familia en la comuna de Río Negro.

Resaltó que las despedidas “se consideran como algo muy triste, complejo y doloroso porque lo percibimos desde el ángulo de lo que hemos perdido, en lugar de hacerlo desde la óptica de lo que hemos ganado. Amada Familia de Juanito, toda esta diócesis reunida, Juanito ha sido un regalo de Dios en medio nuestro”.

“Ha partido un gran hijo a los Jardines de Dios, ha partido un gran hermano, un gran amigo, colaborador, incansable compañero, ha partido un gran sacerdote, que vivió sobre todo un gran combate de la fe junto a todos nosotros. Desde el cielo, ténganlo por seguro él estará muy atento a su amada familia, a su gente, a su amada diócesis, desde donde nos seguirá regalando esos cantos de ánimo y de alegría hasta el día solemne cuando nos encontremos y nos volvamos a abrazar”, agregó.

Homilía del padre Cristian

Por su parte el Administrador Diocesano dio gracias a todas las personas que hicieron oración y dijo que se han vivido días intensos, pero también llenos del amor de Dios, de ese amor misericordioso del Padre, y añadió que “después de este peregrinar en la tierra, cada uno de nosotros podamos alcanzar el gozo de entrar en la presencia del Señor”.

“Nos lleva a reconocer también que nuestra vida, en esta vida terrenal, esta morada que construimos aquí en la tierra se desmorona, cae, pero estamos invitados a una vida que va más allá, que es en la presencia de Cristo Resucitado. Por su puesto que antes de eso, Cristo pasó por la pasión, por la muerte, y es así también nuestra vida”, añadió.

Explicó que prácticamente en este mes de agosto, “nos hemos hecho parte de esta pasión del Señor en la vida de nuestro hermano, el padre Juan. En medio de su enfermedad nos hemos hecho Cireneo, lo hemos acompañado en el camino a él y a la familia, nos hemos acompañado mutuamente con nuestras oraciones, colocando siempre la confianza en Dios, y teniendo presente que, en cada suceso, en cada acontecimiento, el Señor va realizando su obra”.

Añadió que “posiblemente hoy nos cuesta comprender el desenlace de esta historia, pero vamos comprendiendo también qué es lo que Cristo quiere sembrar entre nosotros. Quizás era otra nuestra petición, pero el Señor lo ha llamado a su presencia, y lo ha llamado con esa convicción, como aparece allí en el mural junto a la cruz, para habitar en su casa”.

Hoy, viernes 1 de septiembre, los restos mortales del padre Juan Mánquez Vásquez están siendo velados en la casa de su infancia, ubicada en Candelaria Goyenechea de Gallo N° 150, en Estación Paipote, en Copiapó. Mañana, sábado 2, habrá Santa Misa en la Iglesia Santa Gema, en el mismo sector, e inmediatamente después, el cortejo se dirigirá hasta el Cementerio Parque de Copiapó, donde se realizará el funeral del padre Juan.