La Santa Misa se inició con la entrada del Pastor de la Diócesis de Osorno y el párroco, presbítero Francisco Triviño por la nave central del templo y la asamblea cantó junto al coro. Una vez en el presbiterio, el también conocido como padre “Pancho”, anunció el encendido de la segunda vela de la Corona de este tiempo de espera a la Navidad, y los fieles presentes, hicieron la oración “Dios te Salve”.

Luego del saludo del obispo, quien le dio gracias al Señor por la oportunidad que “nos regala de celebrar juntos, en su nombre. Darle gracias por todos los beneficios con los que nos ha favorecido, por lo que hemos vivido en la semana, por las cosas buenas y aquellas difíciles y complejas que nos ha tocado vivir, y que ciertamente también nos dejan alguna enseñanza”, e invitó a la comunidad a disponer el corazón y a dejarse iluminar por “la Palabra de Dios, una palabra especialmente de consuelo en este día”.

Durante la celebración, en que  los feligreses se mostraron alegres por la presencia del nuevo obispo de la Diócesis de Osorno, la guía, en nombre de la comunidad Jesús Obrero, expresó “nuestro compromiso de trabajo junto a usted”, y pidió a monseñor Carlos, “especial bendición para seguir adelante fortaleciendo nuestra fe en Cristo y entregándonos por completo a nuestro trabajo pastoral, que cada uno realiza en las diversas comunidades que componen esta parroquia: Virgen de los Pobres; San Pedro y San Pablo; Santa Clara, y la Sede Parroquial”.

“Agradecemos infinitamente su visita, que esperamos sea la primera de muchas, y con sinceridad le deseamos lo mejor, y rezamos para que su trabajo en esta Diócesis de Osorno, y junto a nuestra Madre, de muchos frutos. Que en su trabajo pastoral se vea reflejada la vida, la comprensión, la oración, el perdón, con un sincero deseo de cerrar heridas. Gracias por estar en este día junto a nosotros compartiendo la Cena del Señor en la fracción del pan. Nuevamente, bienvenido a esta parroquia Jesús Obrero”, agregó.

Después del fuerte aplauso de la asamblea, el obispo Carlos agradeció las palabras y las oraciones que “siempre son tan necesarias”, y entregó a los presentes la bendición final.