Después del canto de inicio de la celebración eucarística, el diácono Manuel Bustos a nombre de la Fundación Monseñor Francisco Valdés, en donde también él es integrante de su directorio, entregó su saludo al obispo Carlos Godoy Labraña y el reconocimiento a todas las personas que se involucraron “en arduo y prolijo trabajo iniciado el 3 de noviembre de 1998, guiado por monseñor Alejandro Goic Karmelic”, lo cual llevó al primer obispo de Osorno a ser Venerable Siervo de Dios. También compartió las metas del actual directorio y destacó la labor realizada por el que le precedió.
La Santa Misa continuó con la Liturgia de la Palabra, y después de la homilía junto al pan y vino, fue presentado como ofrenda un arreglo floral “para dar gracias a Dios por el regalo que nos hizo en la persona de Monseñor Francisco Valdés, quien quise asemejarse a su Maestro”, leyó el guía de la celebración. “Presentamos el hábito y vestimenta de Monseñor Valdés que demostró ser hombre humilde y eficaz en la evangelización”, continuó.
También fueron presentados ante el Altar “las Sandalias y el proyecto misionero, signos del camino recorrido que continuamos en el nombre del Señor. Las cruces, que serán entregadas a cada misionero, signo de que queremos caminar con Cruz de Jesús, quien se entregó por todos”, concluyó la segunda guía de la celebración eucarística.
Después de la Comunión, el Pastor del Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Osorno, realizó el envío de alrededor de 60 misioneros que este viernes 5 de enero, iniciaron la Misión Diocesana puerta a puerta en tres sectores de la comuna osornina: en Ovejería Alto, de la parroquia El Buen Pastor; en la población Unión y Futuro, de la parroquia Espíritu Santo, y en la población Alday, de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes.
En la ocasión el Pastor de la Iglesia osornina bendijo las cruces de identificación de cada uno de los Misioneros, y con gran solemnidad, acompañado por el padre Américo Vidal, se las entregó uno a uno.
Antes de la bendición final, el obispo Carlos Godoy Labraña junto al Vicario General, padre Cristian Cárdenas Aguilar; el Vicario Pastoral, padre Américo Vidal Yáñez; el Capellán General del DUOC, padre Francisco Llanca; y el Provincial de los Hermanos Menores Capuchinos, padre Mauricio Silva Dos Anjos, bajó hasta la Cripta de Monseñor Francisco Valdés donde hizo la oración por la causa del Venerable Siervo de Dios, mientras la asamblea acompañó con su silencio orante.
Reflexión del Obispo de la Diócesis de Osorno
Al momento de la homilía, antes de iniciar su mensaje, Monseñor Carlos Godoy Labraña saludó a los jóvenes del DUOC presentes “quienes están realizando acciones solidarias en distintos puntos de nuestra diócesis”, destacó el obispo. También entregó su saludo al Capellán General de dicha institución, al delegado Provincial de OFM, Cap. y al directorio de Fundación Francisco Valdés. Monseñor Carlos Godoy Labraña saludó a los jóvenes del DUOC presentes “quienes están realizando acciones solidarias en distintos puntos de nuestra diócesis”, destacó el obispo. También entregó su saludo al Capellán General de dicha institución, al delegado Provincial de OFM, Cap. y al directorio de Fundación Francisco Valdés.
Inmediatamente después, al iniciar su reflexión, resaltó la pregunta que Jesús hace a dos de los discípulos de Juan el Bautista en el evangelio del día (Jn 1, 35-42) y que es relevante para el ser humano “¿Qué buscamos?”, y aseguró que es una “pregunta no tan fácil de responder, sobre todo si se responde atrapados por una sociedad que confía más en los medios que en el fin último del ser humano”.
“Muy a menudo las personas se desgastan buscando tener más recursos con la finalidad de financiar su vida familiar o personal, y con razón, ante el costo de la vida cada vez más elevado y sin un reajuste tan significativo de los sueldos, o personas que se desviven en mantener una imagen de sí mismo, prestigiosa y de gran aceptación social, personas que se desgastan buscando escapar de la enfermedad, de la soledad, de las tristezas o del conflicto”, añadió.
Y continuó su reflexión, “pero ¿escapar hacia dónde? ¿hacia quién?, se pregunta un autor contemporáneo. Lo más significativo que puede hacer un ser humano es buscar, no cansarse nunca de buscar el sentido de su vida, y para nosotros los cristianos, buscar y hallar la voluntad de Dios, como decía San Ignacio de Loyola. En definitiva, buscar a Dios, y en esto, Dios mismo actúa en nuestra vida, no como escondidizo o jugando a las escondidas, Dios está ya en el interior mismo de la búsqueda, Dios se deja encontrar apenas el ser humano lo busca, el desafío es aprender a encontrarlo en lo sencillo, en lo simple, en lo diáfano, en lo bello, en lo pequeño”.
Aseguró que buscar a Jesús en lo pequeño y en lo simple “fue un principio de vida para Monseñor Valdés; gozar de la naturaleza y de los campos floridos, de la majestuosa cordillera y del profundo mar, del hombre campesino y de la mujer trabajadora, del huilliche pescador al hombre de la tierra y ganadero, en una taza de té y de largas caminatas. Expresó la búsqueda del Señor en el arte, pintando, tallando, expresando el silencio de la oración, todo aquello que es tan difícil de traducir en palabras”.
“Buscó en cada niño, en cada joven, en cada ser humano sufriente la mirada del Maestro, con su simpleza, austeridad y cercanía, logró dejar huellas entrañables, pero tenía muy claro de que su misión esencial, era comunicar a Jesucristo”, aseguró el obispo Carlos.
También señaló que el Venerable Siervo de Dios, “Escribe en su testamento espiritual: “Quisiera que aquellos que de alguna manera están relacionados conmigo, vayan buscando y encontrando en Él, en Jesús, su único tesoro, que el nombre de Jesús sea su alegría, a Él le corresponde crecer, a mí disminuir, que su Palabra sea luz, que su presencia sea seguridad y confianza, que su pasión sea el reclamo permanente para devolver amor por amor en aspecto y en actitud, el palabras y acciones”, aseguró el obispo Carlos.
Entonces, volviendo a la pregunta, “¿Qué buscamos? ¿cuáles son nuestras búsquedas más profundas?, ¿dónde estamos buscando? El Señor les responde a los discípulos: ´Vengan y verán´. Estuvieron con Él y descubrieron que era el Mesías”, añadió, y destacó que “buscar al Señor implica desear estar con Él, gozar de su presencia y de su Palabra que es siempre fuente de consuelo para todo cristiano, especialmente para aquel que es enviado a la misión. Hoy somos enviados a vivir la misión puerta a puerta, nuestros jóvenes también están invitados a desarrollar la misión solidaria, especialmente en su relación con los que más lo necesitan”.
Añadió que es importante “recordar, que solo tendrá sentido nuestra misión que arranca de la amistad con el Maestro. La misión de la Iglesia debe arrancar a los pies del Maestro, solo Él tiene Palabras de Vida Eterna, y quizás nos pueden ayudar las tres recomendaciones que el Venerable Siervo de Dios Francisco Valdés Subercaseaux consignó al finalizar su testamento espiritual, y dirá: ´recomiendo sobre todas las cosas; la unidad de espíritu, que es fruto del amor a la verdad, a la justicia, a la comprensión, que se la obtiene cuando se aprende a perder, a obedecer, a servir y a sufrir´”.
Segunda recomendación: “El espíritu de oración que encuentra en la comunión y la conversión con Dios, siempre nuevas energías y nuevas inspiraciones y que es más importante que la acción. Y tercero, preocupación permanente por los que sufren, por los pobres, los oprimidos, los enfermos, los ancianos, viva imagen de Jesús crucificado y abandonado”.
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