También da agracias a sus hermanos en el episcopado que le hicieron llegar sus muestras de cariño, solidaridad y reconocimiento hacia el sacerdote diocesano, quien fue despedido este martes 21 de mayo con la celebración de la misa exequial.

Obispo Alejandro Goic Karmelic, Obispo Emérito de Rancagua: “Me uno a esa querida Iglesia de Osorno, a su Pastor Diocesano Monseñor Godoy, al Clero y a todos los fieles para expresarles mis condolencias ante la Pascua del querido padre Bernardo (qepd), sacerdote que, por más de cincuenta años, con generosa entrega y abnegación sirvió junto a otros misioneros en la evangelización de la diócesis.

En la confianza en Cristo Resucitado y en la presencia del Espíritu Santo sigamos trabajando y orando todos unidos para dar a conocer la Persona, el mensaje y la Vida de nuestro único Salvador Jesucristo.

Les recuerdo siempre en mi oración agradeciendo los años compartidos con ustedes y pidiendo por las nuevas generaciones que se han ido incorporando al Ministerio”.

Arzobispo René Rebolledo Salinas, de la Arquidiócesis de La Serena: “Señor Dios nuestro, te pedimos que el alma de tu servidor Bernardo, sacerdote, a quien encomendaste durante su vida el ministerio sagrado, pueda compartir ahora la felicidad eterna en el cielo” (Misal Romano, Exequias por un sacerdote, p. 1115).

A Mons. Carlos Godoy Labraña, Obispo de Osorno, y comunidad diocesana cordiales condolencias por el sensible fallecimiento del querido y recordado padre Bernardo Werth, que en paz descanse.

Recuerdo al P. Bernardo como buen hermano sacerdote. El Señor lo acoja bondadosamente y pueda él, como dice la oración de exequias, ´compartir ahora la felicidad eterna en el cielo´.

Mi compromiso es celebrar santas Misas por él y por cuantos lloran su partida, para que tengan consuelo y esperanza. Un abrazo cordial en el Señor”.

Obispo de Temuco, Jorge Concha Cayuqueo: “Lamento la muerte de P. Bernardo y al mismo tiempo la veo a la luz de la fe en Jesucristo que compartimos, y que el P. Bernardo la mantuvo hasta el final.

Anunció al Señor con su testimonio, con su palabra y con sus obras. Muchos en Osorno echarán de menos sus palabras y la absolución en el sacramento de la confesión, su amor a la eucaristía, su oración y su acogida.

En el pasado, ayudó mucho y como pudo, a personas que sufrieron la violación de sus derechos. Fue caritativo con lo que tenía. Desde su vocación sacerdotal fue un gran misionero, servidor de la Iglesia en Osorno y un servidor de Chile.

Mi cercanía y mi sentido pésame a todo el Pueblo de Dios de Osorno”.