Los confirmandos, quienes renovaron sus promesas bautismales, fueron presentados ante el Obispo de la Diócesis de Osorno, Carlos Godoy Labraña, quien, después de haber tomado la profesión de fe y la renovación bautismales de los confirmandos, les confirió el Sacramento de la Confirmación.

Al iniciar su reflexión, el Pastor de la Iglesia local expresó su alegría de otorgar este don precioso, que “regala el don del Espíritu Santo. Conforme a lo que señala el libro de los Hechos de loa Apóstoles, la primitiva comunidad cristiana recibe este don en el día de pentecostés, concretando así la promesa del Señor Jesús” (Jn 15, 26).

“Gracias a la mediación de la Iglesia, cada cristiano puede recibir el don del Espíritu Santo. En efecto, el confirmado lo recibe en virtud de la misión. Este mismo Espíritu que en el Bautismo nos abrió a una relación filial con el Padre Dios, en la Confirmación nos consagra para ser testigos de su presencia y acción”, aseguró.

Continuó su predica el obispo Carlos y añadió y enfatizó en que “la Confirmación es un Sacramento de la Iglesia que estimula una fe madura, robusta. El joven o el adulto confirmado está llamado a hacerse cargo responsablemente de la fe que han recibido”.

Felicitó además a los recién confirmados por la decisión tomada y los invitó “a desplegarse con todas sus capacidades y fuerzas en el propósito de ser un cristiano convencido de su fe”, y añadió que en un buen cristiano pueden permanecer algunas dudas, y que las buenas preguntas “nos pueden empujar a una reflexión más crítica, responsable y comprometida con la santidad de la Iglesia”.

“Confirmarse implica hacerse responsable de la propia fe y de la pertenencia a la Iglesia. Ella necesita de ustedes, necesita de jóvenes y adultos santos capaces de darle sazón al gris pragmatismo que se impone. La sociedad también necesita de ustedes. Necesita que incendien el mundo de fe, amor, respeto, justicia y paz”, enfatizó.

También los animó a permanecer en el amor de Jesús “concretamente participando de la celebración eucarística, cultivándose en la amistad con el Señor, rezando con frecuencia, siendo buenos cristianos y desde su vocación más específica comprometiéndose en la construcción del Reino de Dios y su justicia”.

“Los acompañamos con nuestra oración y cariño en este tránsito hacia una nueva vida en Cristo Jesús. Colocamos en las manos de nuestra Madre la Virgen, sus sueños y esperanza más profundas. Que Dios los bendiga”, concluyó su mensaje el Obispo de Osorno.