El sacerdote diocesano o padre “Pancho” como lo llamaban su más cercanos, amigos y familiares, fue un hombre sencillo, alegre, cercano, acogedor con la gente, muy organizado y “futbolero”. Así fue recordado por diversas personas que entregaron su testimonio durante su velatorio, y en la Santa Misa de Exequias que se realizó durante la tarde de este jueves 31 de octubre en la Catedral San Mateo Apóstol.
Cientos de personas, familiares, agentes pastorales, amigos, sacerdotes, diáconos y religiosas acompañaron al fallecido párroco de la parroquia Jesús Obrero de Rahue Alto, quienes, después de la celebración eucarística también acompañaron en procesión hasta el Cementerio Católico de Osorno, donde se realizó su funeral.
Mensaje del Obispo de Osorno
La misa de exequias fue presidida por el obispo de Osorno, Carlos Godoy Labraña, junto con entregan su mensaje desde las lecturas y el evangelio del Camino de Emaús proclamado en la ocasión, y dijo “Cuántas veces Francisco tuvo el padre Francisco que partir el pan para caer en la cuenta de cuánto lo amaba Jesús”.
“El padre Pancho fue un hombre bueno. Así lo percibieron cuantos lo conocieron, y que hoy de sobra, pueden dar testimonio de esa bondad. Pacho fue un compañero de camino de tantos, con sencillez supo acompañar a sus hermanos en sus búsquedas más profundas. Nunca hizo aspavientos de su ministerio, al contrario, con frecuencia demostraba que era habitado por una gracia que lo desbordaba y le superaba absolutamente”.
Agregó el obispo Carlos que, en la pedagogía de Emaús, el padre Francisco, “no rehuía sentarse a compartir la mesa con todos, y así solidarizarse con el sufrimiento humano. Muchos de los rasgos del compañero de camino que explica las escrituras y que parte el pan, lo podemos reconocer en el ministerio de este hermano sacerdote. Jesús consuela a los suyos, también Francisco consoló a tantos”.
Añadió que el padre Pancho, supo aproximarse a las “personas de manera incondicional. Eso es muy bonito en la vida de un sacerdote que vive más descentrado de sí mismo y más centrado en el misterio de Dios escondido en el corazón de las personas. No pocas veces los sacerdotes nos vemos tentados en coquetear con el poder, el dinero, el prestigio y la fama. La sencille y simpleza de este hermano nuestro, nos puede ayudar a renovar nuestra decisión de vivir nuestro ministerio más centrado en la persona de Jesús”.
“Gracias padre Francisco por tu ministerio en medio de nosotros, gracias por haber querido tanto a la Iglesia de Osorno de la que fuiste parte, gracias por no olvidar tus raíces y siempre sentirte un cura poblador, gracias por tu generosidad, de la que me sentí especialmente beneficiado, por la miel y las astillas para el fuego que me enviabas sagradamente todos los meses”, agregó el obispo Carlos.
“Gracias por tus gestos de humanidad para con muchos de nosotros”, continuó el Pastor de Osorno y agregó: “Que el Buen Pastor que conoce a sus ovejas, que las llama por su nombre te diga: Francisco, porque fuiste fiel en lo poco, ven a gozar de lo mucho que te tengo preparado. Padre Pancho descansa en paz”.
Testimonio en nombre de la comunidad Jesús Obrero
Familiar y ahijada del padre Francisco Triviño, compartió su historia, su vivencia que vivió con el sacerdote diocesano; “fue un rayo de sol dentro de tanta oscuridad porque supo llegar en un momento que como familia no estábamos bien. Para muchos está esa familia con la que uno nace, con aquella que le tocó llegar al mundo, como son nuestros padres, nuestras madres, hermanos, y está esa familia que uno escoge, y él me escogió y escogió a toda mi familia para ser la suya hace más de quince años”.
Recordó los momentos atesorados vividos en diversos momentos, y dijo “hoy quiero dar las gracias por tu vida curita. Gracias porque sin ti, muchas familias no estarían donde están hoy, gracias porque iluminaste la vida de cada una de las personas que se están acompañando hoy, iluminaste mi vida y la llenaste de amor, gracias por tu vida, por tu servicio”.
“Gracias por acompañarme en mi niñez, en mi adolescencia y también en mi adultez, gracias por siempre tener la palabra precisa para calmar el corazón de cualquier persona que lo haya necesitado. Sin dudas tu partida duele, te seguiremos esperando los domingos, pero ya no te sentarán en nuestra mesa, pero estarás en nuestros corazones”, agregó.
También hizo memoria de la celebración de los 43 años de servicio ministerial del padre Francisco que festejaron juntos en su hogar, y expresó que aquel día ya “estabas cansado. La Rosy, como me decías está aquí hoy, sacando las fuerzas y la valentía que me enseñaste, para homenajearte y decirte todo lo que ya alguna vez te dije”.
“Espero que todos los que están hoy aquí, queden con la certeza de que se fue en paz, y en compañía de todas las personas que lo amamos. Estuve hasta tu último suspiro agarrando tu mano, así como tú lo hiciste a lo largo del trayecto de mi vida. Te quiero mucho Panchito”, finalizó sus palabras la representante de la comunidad, en tanto la asamblea aplaudió emocionada sus palabras.
“Examínenlo todo y quédense con lo bueno”
En nombre del clero diocesano, el padre Dennis Mauricio Paredes expresó, animado desde la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses (5, 14-21) y resaltó que “estos son los rasgos, las características o actitudes que los discípulos de Jesús debemos tener”, y recalcó el último aspecto al que se invita a los creyentes: “examínenlo todo y quédense con lo bueno”.
“Sí, es aquello que debemos tener presente, que tenemos que continuar haciendo, lo que tenemos que replicar en nosotros: lo bueno del padre Pancho. Y ¿Qué es eso? Yo examinándolo todo cuando viví con él y compartimos muchas cosas, vi en el padre Pancho un hombre sencillo en su manera de vivir, de vestir, de dialogar y de la forma de acercarse a la gente”, aseguró.
“Vi en el padre Pancho, una persona humilde, sin afán de protagonismo en sus servicios, sin querer ser el centro, vi en el padre Pancho y reconocí en él un osornino de tomo y lomo. Él quería a su ciudad y todo lo que tenía que ver con ella, fue un poblador, fue un chico del barrio, apoyo siempre a Osorno en todas las áreas, también en el deporte. Le gustaba ir al estadio a acompañar, en aquel entonces, al provincial Osorno y estaba allí en la galería animando y gritando. Se preocupaba de todo el quehacer de la ciudad”, recordó el padre Dennis.
Aseguró además que “fue una persona fiel a su Iglesia que amó mucho, y también sufrió mucho por ella, y se entregó por ella, iniciando su vida y su trabajo como sacerdote en la parroquia Jesús Obrero, y terminando su vida como sacerdote en la misma parroquia que lo vio nacer en la vida ministerial”.
“El padre Pancho, un sacerdote de Pastoral, la planificaba minuciosamente, bien estructurado, ordenado, nada de improvisado, muy meticuloso: Siempre leyendo libros de espiritualidad, y cuando comenzó a manejar un poquito más la internet leía y buscaba videos y me compartía mira ´mauchito´, vi, leí esto”, recordó.
También agradeció a los presentes las distintas y muchas “Betanias” que tenía el padre Francisco, “gracias por abrir las puertas de sus casas, por compartir sus vidas con él. Cada uno de nosotros guardamos momentos vividos con el padre Panchito y les invito siempre, como dice San Pablo, a examinarlo todo y quedarse con lo bueno”.
“Padre Panchito, gracias por compartir tu vida con todos nosotros, con el clero, que somos tus hermanos, y la verdad es que lo somos. Gracias por tu alegría, por tu sencillez, y gracias a Dios, al Dios de la vida. Te damos gracias por el regalo que nos diste en la persona del padre Pancho”, expresó el padre Dennis.
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