Después de la Liturgia de la Palabra, la encargada de Catequesis del establecimiento educacional, Yeanine Lefi Maitre presentó a los confirmandos al Obispo de Osorno, Carlos Godoy Labraña: José Patricio, Leticia Macarena, Luís Isaac, Benjamín Orlando, Alondra Yamilet y Joaquín Andrés.

Todos ellos “fueron bautizados con la promesa que serían educados en la fe, y que recibirían por la Confirmación, la plenitud del Espíritu Santo”, aseguró y en nombre del párroco Oscar Escobar, informó al Pastor de la Iglesia osornina, y la comunidad presente “que nuestros jóvenes han recibido una formación catequética acorde a su desarrollo espiritual”.

Inmediatamente después de la homilía, los confirmandos renovaron sus promesas bautismales, su profesión de fe, y se comprometieron a anunciar el Evangelio y a trabajar por un mundo mejor. También el obispo Carlos, junto al padre Oscar, desde el Altar impusieron las manos, invocando al Espíritu Santo sobre los jóvenes, para luego recibir uno a uno el Sacramento de la Confirmación, con el Santo Crisma untado sobre su frente en forma de cruz.

Los nuevos confirmados, fueron presentados a la asamblea presente, la cual aplaudió a los seis estudiantes que quisieron adquirir un mayor compromiso con el Señor, con su fe, su Iglesia y su comunidad.

Tres impulsos del Espíritu Santo en la vida del cristiano

En la ocasión el obispo Carlos Godoy Labraña, en su homilía dio gracias al padre Oscar y al colegio por la invitación a celebrar estas confirmaciones, y resaltó la importancia de recibir el Espíritu Santo “no solo como un don, como un regalo que nos ofrece el Padre junto con el Hijo, sino también saber que es Dios mismo el que entra a nuestra vida, irrumpe en nuestra vida para renovarnos, para ayudarnos y consolarnos, que es lo que hacer precisamente el Espíritu Santo en el corazón del cristiano”.

Resaltó además tres impulsos fundamentales que ejerce el Paráclito del Señor en la vida del creyente: primero, “nos hace vivir la vida en Cristo. El Espíritu Santo nos empuja, nos da la energía para que cada uno de nosotros pueda vivir la vida en Cristo, y ¿qué significa esto? Es tratar de vivir como Jesucristo vivió, es decir, hacer nuestras las opciones de Jesús y en el Evangelio vemos estas opciones fundamentales: la fidelidad a la voluntad del Padre y la predicación del Reino de Dios”.

Segundo “el impulso a la fraternidad. El Espíritu Santo produce armonía por ejemplo en la Iglesia. Se nota cuando una comunidad cristiana está habitada por el Espíritu Santo porque es una comunidad que se respeta, es una comunidad que se quiere, que se preocupa de sus miembros, del entorno en el cual está”.

El tercer “impulso que ofrece el Espíritu Santo, es la misión. El Espíritu Santo no se nos regala para habitarnos de forma intimista, posesivamente, el Espíritu Santo nos va a sacar siempre de nosotros mismos, y nos va a volcar a otras realidades que necesitan también ser habitada por Él. Cada uno de nosotros se puede volver un testigo del Espíritu Santo en el medio en el cual se desarrolla”.