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Obispo de Osorno a un año de su Pastoreo en la Iglesia Osornina

Viernes 08 de Noviembre, 2024

El compartir con la gente en las celebraciones y en visitas parroquiales, ha sido lo más grato que ha vivido el séptimo Obispo de la Diócesis de Osorno, durante el primer año de su pastoreo en la Iglesia Local.

Así lo destacó Monseñor Carlos Godoy Labraña durante una entrevista amena y alegre, que se realizó en el marco de dicha celebración, y en la que además compartió respecto de las necesidades espirituales que se percibe en la gente, las vocaciones, la muerte y la enfermedad en el clero diocesano, lo más ingrato de este año como obispo titular, la experiencia sinodal, y los desafíos que se vienen.

El próximo lunes 11 de noviembre se cumple un año de la toma de posesión de la Diócesis de Osorno, por este Pastor que con gran alegría recibió el pueblo osornino en la expresión más genuina de la manifestación de los creyentes; la procesión como testimonio de la fe en el Señor Jesús, y la celebración de la Santa Misa con que se dio gracias a Dios en el Templo Catedral.

En este contexto, el Obispo de Osorno definió este año vivido como “un tiempo de gracia, con mayúscula, porque es la Gracia de Dios que sin duda he sentido, especialmente al contacto con las personas en las visitas que he hecho a las parroquias, a las comunidades cristianas, a las capillas”.

Dijo que asistió a todos los templos parroquiales y varias capillas, “pero obviamente me faltan muchísimas todavía”, y destacó que la recepción “ha sido extraordinaria, muy bonita, donde la gente me ha mostrado mucho cariño, y la verdad es que eso reconforta, anima y por supuesto que es un aliciente para servir con mayor dedicación, entrega y alegría en este ministerio que la Iglesia me ha encomendado”.

¿Era lo que esperaba de la porción del Pueblo de Dios en la Iglesia osornina?

“La verdad es que yo no esperaba tanto cariño, probablemente venía un poco prejuiciado por todo lo que se decía acerca de la Diócesis, que eran muy bravos, pero la gente es muy cariñosa. El pueblo que yo veo en las parroquias, en las comunidades, en las capillas es un pueblo alegre, que quiere a sus pastores, a sus sacerdotes, que vibra con la religiosidad popular. Es un pueblo que muestra mucho cariño al Señor, a la Virgen, y también a la Iglesia en general. 

Monseñor, espiritualmente hablando ¿Qué le ha manifestado la gente? ¿Cuáles son las mayores necesidades que usted siente tiene el Pueblo de Dios en nuestra Iglesia local?

Al responder, el obispo Carlos dijo que, a través de la gente de la zona, y algunos afuerinos con vínculos en la provincia, le han expresado que es un hombre cercano, y “valoran particularmente la cercanía del obispo, que no es para nada complicado, y yo creo que la gente lo que más valora es que el obispo se sienta a tomar té con ellos, que les dedica tiempo y no solo que te vean celebrando la eucaristía, allá arriba con la mitra, y con todos los paramentos, sino también te vean compartiendo, riéndote, disfrutando gratuitamente el tiempo con ellos”.

Segunda necesidad que percibo es que ellos necesitan también mayor cercanía de parte de sus curas. Mayor dedicación también de sus sacerdotes. Ahora, no digo con esto de que no sea así, y que no tengamos sacerdotes entregados y que trabajen y que sean apostólicos, porque nuestro clero da testimonio de sobra en algunos casos de entrega, de servicio, de donación de sí mismo, prueba de ello es que en estos días (31 de octubre) despedimos al padre Pancho y una de las cosas que más valoró la gente, era su dedicación, su sencillez, su cercanía, pero yo percibo que hay una necesidad de sentir a los pastores y a los servidores más cerca todavía.

Obispo, ¿Qué ha sido lo más grato de este año en la Diócesis de Osorno?

“Lo más grato ha sido visitar las comunidades, de todas maneras, visitar a la gente, compartir con ellas”, y bromeando y riendo de buena gana expresó que le encantaría pasar menos tiempo en la oficina resolviendo conflictos, “pero sé que no se puede, y que eso también es importante, porque el obispo tendría que ser un factor de unidad, de comunión en la Iglesia”.

“Pero lejos, lejos, lo mejor, lo más grato ha sido la visita a la comunidad y encontrarme con la gente eso a mí me ayuda mucho, me nutre, me rejuvenece interiormente y me encanta”

Y ¿Qué ha sido lo más ingrato?

“Lidiar con los conflictos”, sentenció y explicó queen general a mí me cuesta el conflicto y ha sido un trabajo en mi vida y tiene que ver un poco con mi historia, sin embargo, gracias a Dios, tengo ciertas capacidades o habilidad humana o sociales que ayudan a enfrentar el conflicto de una manera serena, y no desesperada y probablemente eso desespera a otras personas”.

Argumentó que “A veces los conflictos necesitan tiempo para ser resueltos y lamentablemente no siempre nos damos el tiempo necesario para elaborar el conflicto; individualizarlo, elaborarlo y resignificarlo, de manera que pueda ser resuelto. Creo que el conflicto hay que enfrentarlo, hay que asumirlo y hay que también resignificarlo, y preguntarse: ¿qué es lo que Dios nos está queriendo decir con este conflicto, con esta situación, y eso requiere de tiempo, no es tan automático, no es tan inmediato”. 

Monseñor ¿Cuáles son los desafíos que hoy vislumbra para la Diócesis de Osorno? 

“Estoy en mejores condiciones hoy día de poder visualizarlos, pero obviamente, me encantaría que los desafíos pudiésemos consensuarlos entre todos y por eso mismo que los organismos pertinentes que tenemos en nuestra diócesis servirán también para delinearlos de mejor forma. Para ello, me voy a dejar ayudar muchísimo por las asambleas decanales que tuvimos. Me hicieron llegar insumos, conclusiones de qué le pedirían a la Iglesia, de qué le pedirían al obispo también”.

Compartió el obispo Carlos que dicho material, “tengo que elaborarlo, y mi idea es poder escribir una carta pastoral de aquí a la próxima asamblea de inicio de año, de manera de poder tenerla lista y, ahí delinear algunas cosas que creo que sería interesante poder tener en consideración para los próximos años”.

Restaurar la Catedral, camino a los setenta años de la Iglesia en Osorno

La Diócesis de Osorno fue creada el 15 de noviembre de 1955, y el próximo viernes 15, se cumplen 69 años del peregrinar de la porción del Pueblo de Dios en nuestra provincia. Durante este año la comunidad diocesana caminará hacia su Septuagésimo Aniversario sin dudas con diversas celebraciones y actividades, pero también con un desafío material: la Restauración del Templo Catedral de Osorno.

Al respecto, el obispo Carlos Godoy señaló que “yo tengo ganas de poder concluir o terminar la Catedral porque no está completa, no está terminada. Hay varias cosas que hay que hacer en el Templo Mayor, que es un símbolo tan significativo para nuestra ciudad”.

Informó que, en el contexto de este año celebrativo, pretende “plantear un proyecto, que hemos estado trabajando con una serie de arquitectos y técnicos para remodelar la Catedral. Está con dificultades en las paredes exteriores, se le está descascarando el estuco por que entró un hongo debido a la humedad”, y dijo que eso “implica muchísimos recursos”.

Su intención es congregar a toda la comunidad osornina, con el objetivo de que todos; la gente, los empresarios, las autoridades se hagan partícipes al momento de plantear y presentar dicha iniciativa “de manera en que podamos comprometernos todos, y ver si podemos sacar adelante la refacción que necesita la Catedral. Hay que cuidarla, porque es un tesoro que tenemos nosotros en la ciudad. Es un hito arquitectónico, y premiada, entonces es un símbolo nuestro y lo tenemos que cuidar”. 

¿Qué le pareció este primer año de pastoreo en la primera Diócesis en que es Obispo Titular? ¿Hay diferencia con el ser obispo Auxiliar? 

“Es lo mismo que les pasa a los vicarios parroquiales, por ejemplo. Yo fui vicario parroquial en mis primeros años de cura, ahí yo lo pasé muy bien, porque no dimensionaba lo que significaba ser párroco y tener la responsabilidad de conducir a una comunidad cristiana. Después me di cuenta de que la responsabilidad de ser párroco implica esfuerzo considerable, alegrías, gozo, pero también penas y dificultades. Entonces, yo te diría pasa un poco lo mismo con la responsabilidad que tengo ahora como obispo titular que, evidentemente es muy distinta a la que tenía como obispo auxiliar. Lo pasé muy bien como obispo auxiliar en Santiago”.

Pero eso no significa que lo esté pasando mal ahora 

“No. Estoy muy entusiasmado con cosas que a mí me gustan harto; temas de la proyección o planificación pastoral. El punto está en que siendo obispo titular es mucho más que preocuparse de la planificación pastoral de una diócesis. Hay que preocuparse de un montón de otras cosas y también las dificultades son mayores, hay que enfrentarlas y dejarse ayudar o aprender a dejarse ayudar. En ese sentido, he ido conformando equipos que ciertamente están siendo bien beneficiosos en la conducción, en el acompañamiento o en el pastoreo de la Iglesia en Osorno”. 

La Vocación y la Escasés de Párrocos en la Iglesia de Osorno

Un tema relevante es sin dudas la falta de vocaciones y por tanto la escasés de sacerdotes. Junto con eso, en la Diócesis de Osorno cuatro presbíteros fallecieron en menos de dos años, y a eso se suma la adultez de varios sacerdotes diocesano ¿Cómo enfrenta esto la Iglesia de Osorno?   

Es en parte de las razones por las que la gente quizá necesita mayor cercanía”, dijo el obispo Carlos y explicó que, debido a la edad de varios sacerdotes, es difícil que puedan “estar muy presentes en la vida religiosa cotidiana de las personas. Estamos conscientes de la necesidad de contar con mayor cantidad de sacerdotes”, y con este motivo, añadió que invitó a los párrocos a desarrollar iniciativas “en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, precisamente con el propósito de pedirle a Dios vocaciones sacerdotales”. 

“Entiendo que, en varias parroquias, han acogido esta invitación y se están haciendo actividades y se han llevado a cabo iniciativas con la finalidad de poder orar, de poder rezar, de poder crear cultura vocacional que yo veo es importante. Por ejemplo, la familia, que en ella puede crecer un potencial sacerdote o potencial religiosa”.

Podrían los sacerdotes dar a conocer a través de los medios digitales, el testimonio de su vocación para motivar a los jóvenes

“De hecho, al final de la celebración exequial o despedida del padre Francisco, invité a las familias y a los presentes a comprometerse, en rezar por las vocaciones sacerdotales y evidenciar la necesidad que tenemos de más sacerdotes para el servicio al pueblo de Dios, y también hubo una invitación a que los jóvenes se cuestionaran, a la luz de un testimonio tan concreto como fue la vida del padre Pancho”.  

Eso es una alternativa sin duda eficaz para el futuro, pero hoy, ¿Cómo se resuelve la falta de sacerdote en las parroquias donde no hay párroco? 

“Bueno, hemos recurrido a nuestros diáconos. De hecho, tenemos tres parroquias que están a cargo de diáconos permanentes, que han optado por dedicarse por completo al servicio de la comunidad cristiana, entonces: Rupanco, Cancura, y El Buen Pastor en Ovejería están a cargo de un diácono, y creo que eso ha sido una alternativa bien interesante y necesaria, para poder atender estas comunidades que no tienen párroco”.

También, destacó el obispo de Osorno, “He conversado con obispos de otros lugares, también de fuera de Chile, y particularmente he tenido una fluida relación con un obispo colombiano y que estaría en condiciones de poder enviarnos algunos sacerdotes, entonces hay que explorar alternativas que nos permitan, cubrir las necesidades que tiene la Iglesia de Osorno”.

Papa en Asamblea Sinodal de Obispos: “Hacer de la escucha una actitud permanente en nuestra Iglesia”

En la ocasión, el Obispo de Osorno también compartió su experiencia de la Asamblea Sinodal de Obispos, que se realizó durante todo octubre recién pasado en Roma junto al Santo Padre, y cómo él y el Arzobispo de Puerto Montt, Fernando Ramos, fueron elegidos por sus hermanos del episcopado para representar a Chile en tan importante evento para la Iglesia nacional y local.

“Y la verdad es que estaba muy contento, me sentí muy honrado también de que mis hermanos obispos pensaran en nosotros para participar en este evento que creo que es histórico porque si bien es cierto, es un sínodo más, pero un sínodo que reviste una significación especial para la iglesia en este tiempo, en este momento de la historia, y lo asumí con mucha humildad, pero también con mucha alegría”.

¿Qué hace especial a este Sínodo de los anteriores? 

Los anteriores han tenido temáticas qué más bien son conocidas y realidades que son muy nuestras o muy evidente, como es la familia, los jóvenes. En cambio, plantear un Sínodo para hablar de la sinodalidad, ya eso marcó una diferencia, es decir para hablar de un elemento que el Papa Francisco ha juzgado como constitutivo de la Iglesia.

El ejercicio de la sinodalidad es el ponernos en camino juntos, ser corresponsables de la edificación de la Iglesia, todos somos responsables de su santidad, y de su fidelidad a Jesucristo y a su Evangelio.

Monseñor y ¿por qué es tan importante recalcar el hoy de la Iglesia?

“Porque hoy día el mundo ha cambiado, y en general las instituciones se han tenido que ir adaptando a los estándares que la sociedad le impone. Por ejemplo, estándares de probidad, de transparencia, de liderazgo más horizontal etc., que es lo que hoy día en general las instituciones viven con mayor profundidad, y eso en ningún caso significa la mundanización de la Iglesia como algunas personas lo han sugerido.

Ahí tiene que haber un diálogo con la cultura de hoy, y por lo tanto la Iglesia tendrá que situarse en un mundo muy concreto donde tiene que aprender a dialogar de acuerdo con los estándares consensuados entre todos. Ya nadie discute que las instituciones tienen que ser más transparente y la Iglesia tendría que ser la primera en presentarse con mayor transparencia en la sociedad”.

En esos cambios de los que habla, y en esta era de la globalización, ¿se incluye el avance tecnológico donde la Iglesia pueda modernizarse y evangelizar?

“De hecho, se habló muchísimo en el sínodo acerca de la Evangelización digital, ha habido todo un movimiento incluso a nivel mundial, acerca de cómo evangelizamos en los medios digitales, y que es bien interesante la temática, porque hoy día los medios digitales pueden ser un buen medio o una muy buena manera de llegar a las personas.

Creo que los medios digitales se convierten en todo un desafío para nosotros como Iglesia. También revisten un peligro que son las fases news, y por cierto hay que combatirlos, y vuelvo a lo que estábamos hablando acerca del diálogo con la cultura; si bien es cierto, la Iglesia se tiene que adaptar a ciertos estándares que hoy día se presentan como ´estándares consensuados´ por todos nosotros. También la Iglesia tiene un papel, y es el cómo la iglesia ofrece a las culturas de hoy, algo positivo o algo novedoso, cómo también el Evangelio puede iluminar la realidad de la cultura de hoy. Eso es bien interesante pensar de qué forma el Evangelio puede llegar a la cultura hoy Día”.

El Papa “Nos invitó a hacer de la escucha una actitud permanente en nuestra Iglesia”

Al ser consultado por la figura del Papa Francisco, el obispo Carlos dijo que al principio lo vio un poco cansado, en comparación con la misma fecha del año pasado, pero se entiende porque había recién regresado del viaje apostólico más largo de su pontificado, y con el paso de los días fue recuperando su habitual ´chispa´, su forma de relacionarse con todos.

Destacó además que, en las plenarias, cuando les toca hablar a todos, el Papa intervino pocas veces, pero “escuchó mucho, tomaba nota. Se notaba que él decidió ponerse en actitud de escucha”.

“Al final, fue precioso el mensaje que hizo y con el cual concluimos el Sínodo. Nos invitó a hacer de la escucha una actitud permanente en nuestra Iglesia, de entrenarnos más en la escucha de todas las realidades que se nos presentan y con las cuales entramos en diálogo y en relación, especialmente en las realidades que más nos interpelan a nosotros como Iglesia”, agregó el obispo Carlos.

Comentó además que se acuerda perfectamente de Osorno y “está consciente de que la Iglesia de Osorno es una comunidad viva, que es una comunidad que él privilegió en su momento también. Al haber quedado vacante la sede, después que Monseñor Jorge Concha asumió en Temuco, no fueron muchos meses en que el padre Cristian Mauricio debió ser Administrador Diocesano, o sea, él privilegió el nombramiento en Osorno, y yo sé que él participó personalmente en ello”.

¿Con qué mensaje final del Papa Francisco se queda usted y que quiere compartir con la comunidad?

Primero, a un nivel personal, cuando el Santo Padre escucha algunas dificultades por las que pasan algunos obispos, su mensaje es: “No pierdas nunca la paz y el sentido del humor”.

“Después, la invitación a toda la Iglesia, yo diría que se puede resumir fundamentalmente, un poco en lo que está consignado en el documento conclusivo del Sínodo: primero volver a Jesús, volver al Señor, volver al encuentro con el Resucitado”. 

“Entonces, esto de volver a dejarse encontrar por el Señor, un primer mensaje que él ofrece en el mensaje final. En segundo lugar, ratificar que este documento final, ha sido fruto de un discernimiento”, dijo y añadió que dicho texto, es enseñanza en la Iglesia, “y la iglesia tendrá que asumirla, como voz también del Espíritu”.

Tercero, agregó el Obispo de Osorno, el sínodo de alguna manera sigue, y el desafío es aplicarlo en las Iglesias locales, y “claramente yo tengo toda la intención que en nuestra Iglesia de Osorno podamos aplicar el sínodo y el documento conclusivo”.

“Yo creo que ya de alguna manera lo hemos venido aplicando con las opciones que hemos asumido, entre ellas, por ejemplo, la misión. Una iglesia más misionera, más en salida, más abierta también a todas las realidades”, y el desafío “es que seamos ahora una iglesia más sinodal, en definitiva, una iglesia más sinodal no es solamente una iglesia que se relaciona mejor entre sí, con el mundo, y con la cultura. Es una Iglesia más fiel al Evangelio, a la pedagogía, y a Jesús”.

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