En la ocasión las autoridades civiles y religiosas destacaron la labor diplomática y eclesiástica del representante del Santo Padre, las que fueron elementos primordiales para encauzar el conflicto hacia una solución pacífica y definitiva.
Por su parte, el Vicario General de la Diócesis de Osorno, padre Cristian Cárdenas Aguilar dijo: “Como pueblos, hoy hermanos, estaremos siempre muy agradecidos de la mediación dispuesta por el Papa Juan Pablo II, tarea que llevo a cabo el cardenal Antonio Samoré, que hizo todas las gestiones para que una vez más, los límites entre naciones sean punto de encuentro y no de división”
Subrayó también cómo el Venerable Siervo de Dios, monseñor Francisco Valdés Subercaseaux, “fue promotor de que los límites son lugares de encuentros. Así lo promovió por varios años celebrando encuentros entre Chile y Argentina, aquí en este mismo lugar; de él tenemos varios testimonios, que vive una aflicción al descubrir los preparativos de una inminente guerra”.
Y dijo que en “medio de esa aflicción tiene el coraje de dirigirse, por carta a ambos presidentes de cada nación, en la cuál en algunos de sus párrafos, les asignaba la responsabilidad de lograr la paz a los mandatarios: pues ambos pueblos quieren la paz y abominaban la guerra. […] Ninguna gloria será mayor para ambos presidentes que mostrar ante el mundo, ansioso por aprender, cómo se superan los conflictos, cómo se prepara con sabiduría el mañana de las naciones”.
Continuó su mensaje: “La carta concluía: Señores presidentes, la historia, la voz de Dios, demostrará si los gobernantes están a la altura de su misión de conducir a sus pueblos hacia el verdadero progreso, acogiendo sus anhelos de paz, su hambre de tranquilidad y de amor. Que Dios ilumine a Vuestras Excelencias”.
Añadió que monseñor Francisco Valdés, con estas palabras “propone a ambos jefes de estado considerar la mediación papal que, si ambos gobernantes la pedían en común acuerdo, era posible. En su agonía, el obispo de Osorno ofrecía su enfermedad por la paz entre Chile y Argentina, no fue testigo del acuerdo de Paz y Amistad entre los dos países, ya que su deceso se da en enero de 1982, sin embargo, fue gran gestor de la búsqueda de paz”.
“Hoy celebramos los 40 años de este acuerdo, permita Dios que sigamos celebrando la paz entre nosotros, y que nuestros límites sean puntos de encuentros que, en nuestros corazones, especialmente de nuestras autoridades de todos los tiempos siga estando la semilla de la paz y se aumenten los esfuerzos de promoción del desarrollo de los pueblos”, concluyó el Vicario General de Osorno.
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