Familiares, amigos, padrinos y madrinas de los confirmandos, repletaron el templo para acompañar a estos hermanos y hermanas, que quisieron dar un paso más en su compromiso con el Señor, y donde renovaron sus promesas bautismales y confirmaron su fe, lo que dio paso a la invocación del Espíritu Santo sobre los candidatos al Sacramento de la Confirmación.

En la oportunidad, el Obispo de Osorno, Carlos Godoy Labraña, acompañado por el párroco, padre Patricio Sánchez Sánchez, uno a uno, los confirmandos, llamados por su nombre, recibieron el Santo Crisma de mano del pastor de la Iglesia osornina.

Antes del solemne rito, monseñor Carlos, en su homilía destacó algunas características de la Virgen María y dijo que Ella “ha recibido el don del Espíritu Santo, y ustedes mis queridos amigos, lo reciben en el tiempo del adviento, que es el tiempo de María, figura excelente del adviento y que nos enseña a esperar”.

“Adviento, es el tiempo del Espíritu Santo, el verdadero precursor de Cristo en su primera venida, que lo unge para la misión. Él es ya el precursor de la segunda venida, Él ha hablado por medio de los profetas, ha inspirado los oráculos mesiánicos, ha anticipado con sus primicias la alegría, la venida de Cristo en sus protagonistas como Zacarías, Isabel, Juan, María”, aseguró en su mensaje.  

Señaló además que “El evangelio de Lucas lo demuestra en su primer capítulo, cuando todo parece un anticipado Pentecostés, una efusión del gozo mesiánico para los últimos protagonistas del antiguo testamento, en la profecía y en la alabanza del Veredictus, y del Magníficat”.

Continuó su mensaje y explicó que por eso “en la espera de la definitiva manifestación gloriosa, la iglesia pronuncia su: ven, Señor Jesús, como esposa guiada por el Espíritu Santo. El protagonismo del espíritu se transmite a sus órganos vivos que son hombres y mujeres, carismáticos del Antiguo Testamento, que ya enlazan la antigua alianza con la nueva. Hombres y mujeres de ayer, de hoy que mantienen en la Iglesia, la esperanza del Señor y acrecientan en los cristianos su responsabilidad ante la historia”.

“Una vez más, les digo mis queridos amigos. Hoy recibirán el Espíritu Santo que tal como en la venida del Señor, los Ungirá para dar testimonio de la obra de Dios en ustedes con fe, alegría y ardor misionero. Cuenten con nuestra oración y cariño, y felices los acompañamos hoy, en esta ocasión en que serán ungidos como propiedad del Señor”, añadió.

Continuó su explicación, “es como si el Señor les dijera a ustedes, cuando el obispo los unge en la cabeza con el aceite bendito: “tú eres de mi propiedad, yo te necesito. Necesito tus ojos, tu mirada. Necesito tus oídos para que escuches como yo escucho, necesito tu boca para que pronuncies palabras de consuelo y de liberación. Necesito tu corazón para que ames como yo amo al mundo”.

“Eso es lo que les dice hoy día el Señor en el momento en que serán ungidos por el Espíritu Santo, y nosotros, somos testigos y seremos testigos de ello y podemos aprovechar también esta celebración para renovar la misión que cada uno de nosotros tiene y que el Señor les encomienda”, aseguró el obispo Carlos.