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Iglesia de Osorno renovó dones y su misión del anuncio del Evangelio en Fiesta de Pentecostés

Domingo 31 de Mayo, 2020

Con el gozo de la renovación que trae la acción del Espíritu Santo, el pueblo peregrino de Dios en la Diócesis de Osorno vivió la fiesta de Pentecostés, de un modo distinto a través de los medios digitales, pero con transformadora esperanza y nueva fuerza para, en medio de esta pandemia, continuar la misión encomendada por Jesús; el anuncio del Reino de Dios.

Desde los distintos rincones de la Iglesia local, las comunidades parroquiales, los grupos, los movimientos celebraron la llegada del Paráclito prometido por el Señor a sus discípulos, con el festejo del Banquete Eucarístico, con momentos de adoración a Cristo en la Hostia Consagrada, con espacios para la reflexión, con música, con cantos, y con la profunda alegría de recibir los dones que el Padre envió a sus hijos e hijas.  

En el mensaje del Obispo Jorge Concha Cayuqueo, destacó el gozo de los discípulos y apóstoles en este día, debido al cumplimiento de las promesas que el Señor les hizo “como el libro de los Hechos nos recuerda, se dieron signos que llenaban de júbilo, toda la vida, el espíritu, el alma de cada uno de ellos y de toda la comunidad”

En la fiesta de Pentecostés fueron recibidos los dones del Espíritu Santo en comunidad y “son también parte del gran envío, de ir a todos los pueblos y de hacer discípulos, bautizándolos y enseñándoles a que se cumplan los Mandamientos de Dios. De ahí que esta fiesta es considerada también como el nacimiento de la Iglesia en aquello que es esencial:  el anuncio del Evangelio. La iglesia no existe, no tiene razón de ser si no es para anunciar el Evangelio de Jesucristo, la Buena Nueva del Señor”.

“Un gran encargo, porque Jesús nos hace partícipes de su misión, sabiendo de nuestra fragilidad, sabiendo de las limitaciones de Pedro, de los otros once, de los que vinieron después y también de nosotros. Él confía, nos encarga su misión y nos dice: vayan y hagan discípulos míos, y enséñenles a cumplir lo que yo les he mandado”, agregó el obispo.

Explicó además que, si bien Jesús nos pide este apostolado, este mandato, también “nos pone un abogado, alguien que nos da todos esos dones; la fortaleza, la sabiduría, la inteligencia, la piedad, la ciencia, el consejo y el temor de Dios, es decir, nos da también aquello que necesitamos para el cumplimiento de la misión”.

Destacó el Pastor de la Iglesia osornina que el Espíritu Santo también enseña a comprender, primero la riqueza del Evangelio, pero inserto en el contexto; en el tiempo, hoy bien nos recuerda esta celebración, “que necesitamos pedir la acción del Espíritu para entender también nuestro tiempo. Estamos viviendo un tiempo muy, muy especial, que necesitamos aprovechar, y ojalá que lo hagamos y que no sea un tiempo perdido.”

“Este es un tiempo que no sabemos cuándo terminará, mientras tanto crea mucho dolor, mucho sufrimiento, mucha incertidumbre, mucha angustia, mucho miedo a lo que viene, a la situación de salud, a la situación económica. Todos los días escuchamos la muerte de tantos hermanos a causa del Coronavirus, y en los últimos días el numero ha aumentado, al igual que el número de contagios, y bien sabemos todo lo que crea esta situación”, señaló monseñor Concha.

Continuó su mensaje y aseguró que “necesitamos también del Espíritu Santo, que nos ayude a comprender nuestro tiempo, no solamente las cosas de Dios entendidas así, sino que las cosas nuestras son cosas de Dios. También las realidades más difíciles, son de Dios. Necesitamos la acción del Espíritu que nos ayude a comprender y a entender, y que, desde esta situación e iluminados con la Palabra del Señor, tengamos la suficiente esperanza para vivir y para compartirla con los demás”.

“Que este tiempo lo podamos aprovechar bien. Estamos frente al santísimo, el Cuerpo de Cristo que es cumplimiento también de la promesa del Señor de estar con nosotros hasta el final, pero muy especialmente el Espíritu Santo que nos ha dado el Padre, con Él podemos aprovechar este tiempo para que, como personas y como sociedad, cambiemos para mejor; para ser más humanos, más fraternos”, agregó el obispo Jorge.

Al finalizar sus palabras, dijo que también en nuestro tiempo la comunidad y la fraternidad son muy importante, y deseó que “el Espíritu nos fortalezca queridos hermanos y hermanas, y que también nos de la alegría que los apóstoles experimentaron en el día de Pentecostés, y que podamos irradiarla y vivirla”.

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