También destacó las circunstancias especiales en que se encuentra todo el país a causa de la pandemia hace ya más de seis meses, lo que hace del todo distinto esta celebración del 18 de septiembre, “tenemos un enemigo invisible, que asecha la salud y la vida de todos, por eso los invito entonces a la responsabilidad, a celebrar sobre todo en familia, para que esta alegría que supone las fiestas patrias se prolongue y no se vea amenazada con ningún peligro”.

El pastor de la Diócesis de Osorno además instó a pedirle al Señor el don de la sabiduría para vivir particularmente estos momentos difíciles, y poder enfrentar de mejor manera los desafíos de la vida. “Quisiera invitarlos entonces, a que esta alegría y esta responsabilidad ojalá perduren en el tiempo, que no sea solamente de este momento, y que también podamos tener presentes a los demás, que haya espacio también al compartir”.

Del mismo modo, durante su saludo el obispo de Osorno expresó su deseo que “podamos hacer perdurar la alegría y sentimiento de amistad, sobre todo, y de familia que en estos tiempos lo vivimos con tanta efusividad. Ojalá que ese ambiente perdure porque tenemos muchos desafíos por delante”.

Explicó que esos retos que pone la vida, “a nosotros nos sirve enfrentarlos con sentido de familia, con sentido de comunidad y mediante todo aquello que la familiaridad nos hace bien y nos ayuda, como es el diálogo, el encuentro, el respeto, la altura de miras, y todo aquello que nos hace construir este país para que sea mejor, para que sea más familia, para que sea más fraterno, para que sea más justo y para que lo podamos vivir también en paz”.