En esta oportunidad, los sacerdotes hablaron acerca de los siguientes tres títulos del documento, cuya introducción y dos primeros capítulos fueron tratados la semana pasada en este espacio de formación diocesana.

Al iniciar dicho espacio el padre Pedro dijo que “Es importante dar a conocer e invitar al mismo tiempo a nuestro pueblo a leer también esta encíclica que es de fácil lectura, y vale la pena enterarse de este pensamiento eclesial”.

Respecto al tercer capítulo; “Pensar y gestar un mundo abierto”, el sacerdote señaló que desafía a los creyentes y en el cual el Santo Padre nos invita “a ver que no podemos vivir como una isla, sino que necesitamos abrir no sólo el corazón, sino también nuestro cerebro, a los demás, porque nos necesitamos mutuamente, por eso habla de un mundo abierto”.

En el cuarto capítulo de la Encíclica; “Un corazón abierto al mundo entero”, es un llamado a la apertura a todo nivel, porque “en el mundo nadie debe sentirse forastero, ni siquiera en su patria. El papa insiste que hablemos de la Igualdad, y que ésta no existe si no hablamos también de la fraternidad”, añadió.

También afirmó que en el texto el Papa Francisco nos llama a que dentro de esta visión globalizada de la que tanto se habla en todos los ámbitos, “no nos debemos olvidar de nuestra propia cultura, de la local”.

“La mejor política” es el quinto capítulo, y es en donde el obispo de Roma nos habla de que nos movemos entre dos polos: “la fraternidad y la amistad social, y eso lo debemos tener presente para una buena política, para tener una política abierta”, reflexionó el padre Pedro.