En el patio interior de la Catedral San Mateo, al aire libre y con el aforo máximo permitido por la autoridad sanitaria, se vivieron dos celebraciones eucarísticas en las cuales la asamblea presente hizo memoria del Nacimiento del Niño Dios que cada año permite renovar la fe y la esperanza de su Pueblo Peregrino en nuestra provincia.  

Ambas eucaristías, presididas por el padre Cristian Cárdenas Aguilar y el Obispo Jorge Concha Cayuqueo respectivamente, fueron transmitidas vía digital desde donde los fieles se hicieron parte de esta fiesta, al igual como ha sucedido en todas las celebraciones casi todo este año 2020,

En su mensaje el Vicario Pastoral resaltó que, al reunirse en torno a la celebración del Nacimiento de Jesús, “estamos celebrando la vida de cada uno de nosotros. Cuando miramos la imagen de Jesús Niño, se presenta pequeño y humilde, y pensar que es Dios, que es el mismo Dios que se manifiesta, y se hace como uno de nosotros, asume nuestra realidad, y entonces nos invita a que nos hagamos como Él, que en nuestra vida vayamos descubriendo que somos invitados a dar testimonio con nuestras palabras y obras”.

“Al decir que estamos celebrando la vida, pareciera contradictorio en este tiempo de aflicción por la vida, estamos temerosos porque hay un virus que está por el mundo y que quiere abusar con la humanidad, y necesitamos vencerlo, pero sabemos que no depende del todo de nosotros, pero por otro lado tenemos que descubrir que nuestra alabanza a Dios, nada ni nadie la puede detener”, agregó.

“Jesús, cuando se hace pobre y humilde, nos invita también a imitar esa acción de Dios, y en esta fiesta de Navidad nos debe mover la esperanza, la paz, lo cual también estamos invitado a llevar a los demás, porque somos promotores de esa paz y de esa esperanza, además de la justicia, de misericordia, de fidelidad, de amor”, aseveró el padre.

Homilía del Obispo Jorge

Monseñor Jorge Concha Cayuqueo señaló que la celebración de esta gran fiesta de la encarnación del Señor, el mundo creyente hace memoria de “la venida de Dios a la Tierra, a este mundo y que ha traído un mensaje nuevo hace dos mil años y, ese mensaje, sigue siendo nuevo hasta hoy, porque las palabras de Jesús expresan la voluntad de su Padre”.

“Estamos aquí celebrando, como podemos ver, de manera muy reducida; somos muy poquitos porque estamos experimentando las restricciones propias que nos impone esta pandemia, que es un látigo que nos golpea a todos. Nos encontramos viviendo este tiempo con mucha incertidumbre y con muchas incertezas. No sabemos hasta cuando, en cierto modo es un tiempo de oscuridad, de desconfianzas, de miedo, entonces las palabras de Jesús y cómo el Evangelio y los profetas los anuncian, adquiere mucho sentido”, continuó el Pastor.

Explicó que cuando vino el Hijo de Dios, “era tiempo de oscuridad en la Tierra, de falta de horizonte y Jesús trajo un mensaje de mucha esperanza”, sin embargo, añadió que no fue una cosa espontánea ni inmediata la aceptación de parte de la gente, e hizo memoria de que al Señor los rechazaron y lo mataron, entonces “humildemente la semilla del Evangelio llegó al corazón de muchas personas, y sí, al corazón de la gente más pobre, de los humildes (…) entonces el mensaje de Jesús fue creciendo y abrió un horizonte y fue una luz, ayudó a descubrir el valor y el sentido de las cosas que la gente tenía, y eso siempre es un desafío”.

Enfatizó que, en esta realidad de hoy, que también es un momento de oscuridad, un tiempo muy extraño, como varias generaciones nunca lo habían experimentado en Chile, “hemos descubierto el valor de la familia, de los amigos, de los encuentros, el valor de las cosas, el valor y el sentido de lo que tenemos. Cuando perdemos el valor de las cosas, nos distanciamos hasta de nosotros mismo. Jesús pone el sentido, el horizonte las todo, nos indica hacia dónde tenemos que ir”.

Invitó entonces a la asamblea presente y a quienes asistieron de manera remota, a acoger el mensaje de Jesús que le da sentido a lo que sucede en el mundo y en Chile. También instó a no alejarse del centro de la celebración de la Navidad, que es el nacimiento del Hijo de Dios, quien vino a dar luz a este mundo.

“Queridos hermanas y hermanos, la Navidad es la oportunidad para cultivar la fe, la esperanza y para animar a otros. Esta fiesta y todo este tiempo que estamos viviendo de manera especial, en ese sentido podemos aceptar lo que algunos sabios han dicho que todo tiempo es bueno, todo tiempo nos enseña, incluso los tiempos difíciles son los que más enseñan, y este es uno de ellos, no lo desaprovechemos”.